Entrevista a Oscar “Zensei” González

En adelante la charla que tuve con Oscar “Zensei” González, durante su última visita a la Ciudad de México. Se trata de un gran compositor, guitarrista y promotor del jazz en México. Zensei es ejemplo de creatividad y disciplina, las cuales se demuestran en sus ejecuciones originales y perfectas. Además, siempre está acompañado de músicos extraordinarios que él va eligiendo para invitar a su banda, Psicodrama.

16 de junio, 2016

El proceso el jazz: El estudio más la creación por sí misma

En todos los casos lo que haces está encima de lo que se hizo. Los que estudiamos el arte repetimos los que nos gusta y hay otros artistas obligados a estudiar. Como compositor tienes que escuchar a Bach, a Beethoven. Bach y Tchaikovsky son los que más he estudiado; y, en el jazz… Thelonius Monk me parece un gran compositor, Chick Corea, Coltrane, ellos son mis principales influencias; John Scofield, Mike Stern, Charlie Parker.

De ahí viene todo. Tú puedes escuchar una banda que hace funk, chill out… pero las frases que ocupan son de Dizzy Gillespie y de Charlie Parker; es como un be bop moderno. Los estudian y está padre. Y cómo combinan esto es mejor, porque el funk no existía en la época de Charlie Parker. Te vas dando cuenta.

En mi caso, mi música es una confluencia de todo eso. También me gusta la música de Schoenberg, Bartók. Mi música es la mezcla de muchas cosas. También me gusta mucho la música pura mexicana, la brasileña, la argentina; todo eso está en lo que yo hago. Y es una elección libre de todos esos elementos con los que yo hago la música.

Es cierto que para ser creativo necesitas ser autosuficiente, no necesitas acudir a los antiguos ni aprender un lenguaje, ni tener estudios. Sin embargo, cuando esa creatividad la cultivas con estudios, pues se ve mucho más enriquecida y yo creo que sí un artista profesional debe hacer eso. Es como querer hacer un libro como García Márquez sin haber leído nunca, eso es prácticamente imposible. Es igual, ¿cómo vas a componer como Chick Corea si ni siquiera has oído música? O la habrás escuchado mucho, pero hay que estudiarla”.

La banda perfecta de jazz

Oscar, si tuvieras la oportunidad de juntar músicos, sin importar la época y el lugar, para crear tu banda perfecta, ¿a quiénes elegirías?

“¿Para tocar conmigo? Hay un saxofonista noruego, Ole Mathisen que vive en Nueva York y es mi amigo, ya lo he llevado a Monterrey dos veces y, cuando yo lo conocí, le dije  “tú tienes en el saxofón lo que yo traía en mi cabeza hace muchos años”. Él, creo que entiende mucho mis ideas y es que… hay gente muy famosa que si escucha estas cosas va a decir “Coltrane o Michale Brecker”; el trombonista Chris Washbourne, son dos grandes y con ellos dos no necesito nadie más. El trompetista Ralph Alessi también ha tocado conmigo muchas veces, y yo lo invité porque me gusta mucho su estilo.

Me gustaría invitar a Roy Hargrove, Joe Lovano, y Kenny Garrett en el sax. Yo prefiero más la música contemporánea. Me gustan más los estilos de ahorita que los de hace cincuenta años. Hay muchas diferencias, ¡muchísimas! Sobre todo las fusiones. En la época de Charlie Parker no existía ni el rock ni el punk; los músicos de ahorita escucharon mucho o tocaron esos estilos. Hay fusiones rítmicas, también en la parte teórico armónica. Yo sí me considero un artista muy de mi tiempo y sí me gustan mucho los estilos de los artistas que mencioné, ¡artistas vivos! Creo que me entienden mejor.

En la batería (de Psicodrama) toca Javier Garagarza. Yo tengo una comunicación mental, telepática con él, no hablamos. También grabó conmigo Tony Moreno, que es un gran baterista de Nueva York, me encanta cómo toca. Me gustaría grabar con Antonio Sánchez, que ya lo conocí, me lo presentaron alguna vez, pero nunca hemos tocado juntos. Roger Nuncio, de Monterrey. Son músicos que no cambiaría por los grandes nombres. Si me vas a traer a Joe Morello, tocaría con él con mucho gusto, pero no tengo esa necesidad”.

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Oscar Zensei y Diego Franco. Concierto privado en la Ciudad de México, 18 de junio, 2016.

El jazz en Monterrey

“Hay un movimiento creciente de jazz, hay un público creciente.  Tenemos tocando jazz ya 25 años y profesionalmente 22. Me he dedicado completamente al jazz desde hace 12 años. Ha habido un movimiento intermitente, inconsistente, a veces hubo lugares de jazz donde se tocaban los martes. Luego la Tumba. Por años se ha hecho y de repente no, estuvo el Bebop, de Miguel Lawrence, que duró como cinco años. El Encuentro de Jazz tuvo como 12 ediciones, pero luego se preguntaban si no era jazz, si era algo como música contemporánea, no estaba muy claro, además los músicos locales en un principio tenían las puertas cerradas ahí y no había muchos foros.

Yo por mi cuenta, empecé a organizar conciertos en coordinación con la Subsecretaría de Cultura de Monterrey. Primero hacíamos jazz los miércoles, esos ciclos duraron como dos años. Luego yo seguí haciéndolo en parques, en municipios, también en antros, en la Tumba, en San Luisito. Yo organizaba todo eso ahí. Nos iba muy bien, siempre teníamos mucha gente. Hubo un buen de bandas. Yo tenía agenda adelantada de tres meses, porque todos querían tocar ahí. Había muchas propuestas. Yo nunca me rendí, anduve picando piedra con eso. Se veía ya un resultado con el público creciendo y ya entonces pude hacer el Festival de Jazz de Nuevo León, que estuve gestionando durante 10 años, con la labor del gobierno. Le llamó mucho la atención a la Secretaría de Cultura del Estado, nos felicitaron por tener mucho público en comparación a lo que a ellos estaban acostumbrados. Nosotros tenemos siempre teatro lleno. Ya veníamos con eso muchos años, y no nada más yo. Es toda una generación de músicos que hemos trabajado con el jazz: Roger Nuncio, Homero Ontiveros, músicos del grupo Inspector, Álvaro Suarez que tiene el programa de jazz desde hace 30 años, y así te puedo mencionar mucha gente… Rogelio Villareal a través del Centro Cultural Universitario dejó una gran huella.

El Festival de Jazz de Nuevo León está principalmente hecho para músicos locales. Ya hay muchos lugares de jazz (en Monterrey) que ofrecen opciones desde el martes o miércoles hasta el sábado. Los lugares se llenan, hay cada vez más público joven: adolescentes y adultos jóvenes, ya no se quedan satisfechos con lo que ofrecen los medios tradicionales, la tele, el radio, el periódico; están buscando algo más y se informan con Facebook, con Twitter, ellos están haciendo ese cambio de paradigma en la ciudad”.

El control mediático VS la necesidad de difundir el jazz

“La vida urbana es un sistema que tiene pies y cabeza, y que es creado, es artificial, no está en la naturaleza, es una forma de administrar la raza humana, la sociedad y pues tiene sus administradores de distintos niveles. Se sabe que la forma de tener más controladas a las cantidades grandes de población es que tengan poca información, que tengan además poco tiempo y poca energía para que no puedan pensar en cosas importantes. El arte se sabe que amplía el criterio de la gente, la filosofía, la espiritualidad, no la religión, que no es lo mismo. Al final es ampliar la consciencia de la gente; cualquier elemento que te ayuda a desarrollar la consciencia de una persona, hace que esta desarrolle necesariamente su espíritu crítico y habilidades que lo vuelven más difícil de controlar, menos dócil.

El sistema está hecho para crear seres poco conscientes, para ellos es muy importante la pobreza, la ignorancia y el trabajo: que por pocos pesos te den una friega de perro bailarín para que llegues a tu casa sin pensar ni tener energía de nada más.  También la seguridad es un elemento, las garantías individuales. Respecto a ellas, cuando no tenemos las garantías individuales resueltas, la población se vuelve más susceptible, más débil, entonces esta crisis de seguridad del país es provocada por el mismo sistema para provocar docilidad y el manejo de la población. La población, se sabe que cuando tienen miedo es capaz de pagar con libertad. Tenemos un estado cada vez más policiaco y controlador para que estemos regulados con esas medidas controladoras.

El arte juega un papel muy importante ahí y lo que nos ofrecen los medios de comunicación que son los voceros oficiales del sistema son propuestas u opciones artísticas que no desarrollan la consciencia, por eso la mayoría de la gente desconoce la música clásica, el jazz, el rock progresivo, la filosofía, la ciencia, el deporte que desarrolla la consciencia del ser humano, no la que la fanatiza y la enajena, porque todos estos elementos: tanto el arte como la filosofía, la política, la ciencia y la religión se han utilizado como elementos de enajenación social para hacer la consciencia más pequeña. Una persona que descubre otras opciones está preocupada por el desarrollo de su consciencia, también tiene que ver la familia en que naciste. Hay familias que ya están adoctrinadas así, que preguntan ‘¿para qué buscas algo más? Eres un bicho raro, no lo hagas, nadie te va a hablar’; o te lo prohíben, los papás a veces hacen eso a los hijos y pues eso creo que es uno de los por qué de la poca difusión que se le da a las artes con un discurso más desarrollado”.

El Festival de Jazz de Nuevo León

“Hicimos mesas redondas, conferencias, conciertos con actividades académicas: master clases, cursos, talleres. No todo lo hicimos el último año, pero el próximo las vamos a retomar.

Toda la difusión la hacemos a través de internet porque no nos cuesta, pero sí deberíamos tener una partida bastante respetable para darle difusión al público en general, porque a pesar que tenemos salas llenas, no se publica nada en periódico, nada en radio, nada en tele, es estrictamente en internet y si quisiéramos tendríamos que buscar equipos más grandes y yo quisiera tener ese tipo de problemas para que sí se dé la difusión que se merece y que el público en general se entere y ya tengamos festivales masivos como el de Playa del Carmen. Yo creo que ya llevamos pocas ediciones, pero si logramos obtener recursos podremos llegar a esos niveles”.

Jazz en México

“Hay zonas que dicen que hay mucho apoyo y otras que no. Yo no dudo que todos tengan razón pero también veo que hay lugares donde está creciendo. Aquí en la Ciudad de México, sí me han dicho algunos personajes que hay menos público, menos recintos, pero que hay más propuestas artísticas; sin embargo, eso es bueno porque salen de aquí y las llevan fuera del país.

Yo creo que el jazz en México adolece de infraestructura, como muchas cosas en México; específicamente, dentro de las manifestaciones culturales, las artes, no existe porque no nos hemos preocupado por crear una infraestructura sólida. La Secretaría de Educación, la Secretaría de Cultura son un paso, pero desafortunadamente los jazzistas no nos hemos puesto de acuerdo para crear ese empuje.

En Nuevo León se creó una ley que se llama Ley de Mecenazgo, lo que hace es condonar impuestos a las empresas que apoyan proyectos artísticos, yo creo que varias personas del DF traen la idea de hacer esto federal y específicamente para el jazz, para poder crear festivales con un presupuesto decente, porque todos estamos trabajando con las uñas. Esquemas deducibles de impuestos y que pueda participar la iniciativa privada como se da en el resto del mundo. Aquí es inaudito que no hayamos sido capaces de generar esto. Las generaciones anteriores nos delegaron algunas cosas, qué bueno, pero no es suficiente. Se necesita una infraestructura, sólida, duradera, pensada a largo plazo y tenemos que encontrar la manera, mientras no resolvamos eso vamos a seguir trabajando con las uñas y cada vez que hagamos un evento no sabremos si el próximo año vamos a hacerlo, vamos a empezar de cero cada año como ha sucedido siempre. Yo tengo esa idea y sigo planteándosela a varios”.

La necesidad de una vinculación: No más Islas del jazz

“Cada quien trabaja por su lado y somos reservados, pocas veces trabajamos en equipo, no hay una vinculación, no hay un congreso donde nos veamos, nos vemos porque somos amigos o porque yo vengo de Monterrey para tocar acá o porque me llevo músicos para tocar allá, y así convivimos, hay un negocio en las distintas zonas del país. Yo di una conferencia sobre esto el año pasado, le llamé Las islas del jazz, porque por ejemplo cuando fue el primer Festival de Nuevo León me llevé músicos de acá (CDMX). Yo antes no sabía que había jazz en Chihuahua, en Sinaloa… Entonces, ¿por qué no hay una vinculación? Que nos juntemos todos los organizadores de festivales, todos los músicos, los compositores, los periodistas, los arreglistas. No existe eso, ni siquiera eso hemos podido hacer, es muy grave”.

Psicodrama

“Psicodrama es la banda que yo hice y así le pongo a dondequiera que yo vaya. Tengo una Psicodrama en Nueva York, otra en Monterrey, otra en la CDMX, hice otra en Uruguay, y son cosas que trabajo, la que me quede más cerca. Voy convocando músicos. A veces sí llevo de Mty a alguien o de aquí del DF. Y eso hice después de haber tenido una banda que se llamó Seven Changes, de jazz; y, antes de eso, muchas otras bandas… no se me hizo justo que no todos trabajaban igual y todos recibían los créditos; así hice Psicodrama, la banda que me acompaña, sin importar qué músico toque. Así se va a quedar, no importa si el baterista cambia, tengo varios bateristas, varios bajistas, varios pianistas y así voy armando la banda. Cuando alguien no puede, citamos a alguien más, me ha funcionado”.

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El camino que lleva al jazz

“Eso yo no lo sé (risas). Cuando entré a la Facultad de Música de la Universidad Regiomontana yo quería aprender más música. Quería aprender a componer y a tocar la guitarra bien, obviamente conocer historia, teoría, todo eso; sobre todo yo quería ser compositor, desde niño escuchaba la música del cine, la televisión y me embobaba. A veces hasta perdía el hilo porque estaba muy impresionado con la música. Me encantaba Henry Mancini, John Williams, obviamente; Michel Legrand, Gershwin. Ya luego me hice rockero, me gustaban mucho los boleros que mi papá me enseñó. Empecé a tocar ya grande, en la secundaria. Estudié ingeniería en electrónica, pero me gustaba más la música. Quería estudiar una “carrera normal”… hasta que un día me sinceré conmigo mismo, me dije ‘yo no quiero estar aquí’. Me salí de la Facultad de Ingeniería y me metí en esto. Cuando le dije a mi papá me dijo: ‘bueno, ponte a trabajar porque está cara la escuela’, y eso hice. Me dio mucho gusto que no me la hiciera de tos, que no me lo quisiera prohibir.

En la Facultad de Música me enseñaron la música contemporánea, conocí el jazz y quedé maravillado. No creas que es como decir un día ‘sí, voy a ser jazzista’, no. Así pasó, de repente me vi tocando jazz. Como compositor sigo componiendo para cine, tele, teatro… pero sí, lo mío es el jazz”.

Un jazzman mexicano fuera de México

“David Liebman un día me felicitó, también Ole (Mathisen) me dijo ‘qué buena rola esta’. Ha gustado mi estilo, no lo hago pensando en el que dirán, pero agradezco todas las opiniones de mi música. En México hay gente que dice que no hago jazz, más porque uso una guitarra Fender, eso dicen… son opiniones de gente que no ha viajado, que no conocen tendencias. Afuera de México es muy común (el uso de Fender en jazz), pero aquí llegan las noticias atrasadas. En Sudamérica también ha gustado mucho lo que he llevado”.

Proyectos actuales

“El siguiente disco: Resiliencia. Pretende narrar una etapa difícil que viví hace unos años, es una historia instrumental. Ahí voy a ser todavía menos ortodoxo de lo que soy en el jazz, va a llevar elementos de rock progresivo, de heavy metal, baladas. Lleva varios temas con orquesta y esa música la compuse ya casi toda, falta revisarla. Eso lo hice con el apoyo de la ley que te comento (Ley de Mecenazgo)”.

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Zensei tocando en un concierto privado en la Ciudad de México. 18 de junio, 2016.

www.oscarjazz.mx

Los invito a visitar los siguientes links al documental realizado por Germán Palomares durante la grabación de Psicodrama. Nueva York, 2009.

youtube.com/watch?v=6_dJYTqlGQA youtube.com/watch?v=cS0TsiitmRY youtube.com/watch?v=VKXJQfKrjQg