“He rezado para encontrar el mejor festival de jazz en el mundo y lo encontré”: Joe Farnsworth

Por: Estefanía Romero
 

“I’ve been praying to find the best jazz festival in the world. I just found it.”

-Joe Farnsworth

 

Asistir al Festival Internacional de Jazz y Músicas Improvisadas de Ajijic me recordó por qué amo este tipo de expresiones.

Ameneyro, el trío ecléctico, conformado por Ciro Liberato (dirección, bajo), Patricia “Pilla” Reyes” (piano, sintetizadores); y Miguel Soto (batería); despertó los oídos de la audiencia al abrir el evento. Ejecutaron una serie de composiciones de free jazz, teñidas de profundidad y catarsis, cuyas ideas corrían desde lo más melódico hasta “el caos” y la estridencia. Debes escuchar su producción discográfica reciente: “Cartografía mexicana”, un viaje de tradición nacional, jazz e improvisación.

 
Ameneyro
 

Desde esta presentación hasta la última me quedó claro uno de los puntos por los que me encantó el FIJMI: la honestidad. El arte es cuando agita ideas y sensaciones; no cuando repite y complace. Aquí no se acudió a la condescendencia típica del artista conforme. Todos los ensambles saltaron pasos más allá de los recintos sonoros típicos y le dieron al público un recuerdo único, fantástico e irrepetible.

 

Triálogo continuó aquel día. Se trata de la banda que integran Eleazar Soto (saxofón), Gilberto Ríos (bajo), Ángel Madrigal (batería), y Sofía Ramírez (piano, Fender Rhodes, voz). Su concierto se basó en el disco Ultravioleta, creado por ellos mismos. Se trató de varios contrapuntos de líneas claras, interesantes; así como algunos impulsos de oscuridad sonora. El Fender le dio un toque histriónico encantador, sumado a las ejecuciones esporádicas de Eleazar, que dieron vida a un ángulo realmente inspirador de la improvisación en conjunto.

The Watershed cerró el primer día. En este ensamble vibran la batería de Karl Jannuska, el Fender Rhodes de Tony Paeleman, la guitarra (así como el pollito de plástico) de Pierre Perchaud y el saxofón de Christophe Panzani. Escuchar esta banda en vivo es sinónimo de experimentar un placer descomunal. Lo sé porque viví todos los conciertos de su gira en México gracias a Projet Échange.

Cada concierto de The Watershed es un universo distinto, pues como ellos me comentaron en entrevista, realmente todas sus presentaciones están basadas en la improvisación. Esto permite que recurran a todo el aprendizaje musical que han adquirido durante su carrera, el cual es vastísimo. Pues puedes toparte con ideas clásicas, minimalismo, jazz, pop, reggae, rock, psicodelia, las posibilidades son infinítas y el resultado es atómico. Su versatilidad y conocimiento se convierten en un Virgilio mientras tocan: guían tus emociones hacia donde prefieren llevarlas: la quietud, la calma de las cavernas respiratorias… o el infierno. Es espectacular. Y Ajijic lo vivió.

 

La emoción fue tanta que la gente se soltó a bailar. Cuando terminó el tema “festivo”, pareció que la audiencia esperaba más movimiento. Entonces Pierre Perchaud se detuvo y comenzó a tocar Alfonsina y el mar con tejidos improvisados, en un solo super nostálgico y suave. Todos continuaron de pie moviéndose con la dulzura de la guitarra. Inolvidable.

 

Esto me lleva al segundo punto de por qué el FIJMI es un movimiento revelador: La capacidad de llevar al ser humano hacia un plano metafísico a través de la música, lo que Stravinsky llamó “el tiempo psicológico”: cuando el trance es absoluto y el reloj pierde su significado.

El segundo día del festival se presentó Joe Farnsworth, el baterista de Massachusetts que tocó y grabó con personalidades como Pharaoh Sanders, Horace Silver, Harold Mabern, McCoy Tyner, Cedar Walton, Diana Krall, Benny Golson, George Coleman, Johnny Griffin, Lou Donaldson, Benny Green, Barry Harris, Curtis Fuller, por citar a algunos.

 
Joe Farnsworth Trío. Foto por: Emilia Gálvez.
 

En el FIJMI le acompañaron dos estrellas más: Alex Terrier, el saxofonista, educador, arreglista y compositor francés alabado por Joe Lovano y la crítica internacional. E Israel Cupich, contrabajista y compositor mexicano, reconocido por su trayectoria artística.

Lo diré así: Yo no sabía lo que era un baterista extraordinario de jazz hasta que escuché a Joe Farnsworth en vivo. El bebop en sus manos es otra cosa: lo que aprende con los clásicos del género. Joe, en un solo te revela el esqueleto, los nervios, los músculos de un tema completo, que él mismo dibuja. Te encuentras con expresiones melódicas en un instrumento percutivo, lo cual es muy interesante. Joe explora millones de timbres, pareciera que no se le escapa un espacio de la batería para empujar más allá la sensación sónica que te está aventando. La forma en que sostiene la velocidad, versándola entre pianos y crescendos, es bellísimo e impresionante: el trabajo de un atleta olímpico del jazz.

Si a todo esto sumamos la maestría de Alex Terrier, otro monstruo de la técnica y la exploración de ideas sonoras en el saxofón; así como la pulcritud del conocimiento de Israel Cupich, sólo obtendremos la sensación de una plétora intelectual y sensitiva. Debo agregar que cada uno tuvo la oportunidad también de realizar un tema en solo, y cada una de esas presentaciones nos dejaron boquiabiertos.

Alex Terrier, Israel Cupich y Joe Farnsworth.
 

Gunther Shuller decía que el arte es la suma de la inteligencia con la sensibilidad: Tercer punto por el cual el FIJMI tiene que permanecer. México necesita de su ejemplo.

Cienfuegos cerró la actividad concertística del Festival. Sus integrantes son: Sara Ventura (saxofón), Chen Quintero (saxofón barítono), Esteban Zamora (batería), Carlos Rolón (bajo) y Paco Pérez-Rul (guitarra). Me parece que la composición de cada uno de sus temas ha de observarse de una manera distinta, pues sus naturalezas difieren, quizás se trate del creador o de la época en que se construyeron. Entre todas sus ejecuciones, lo más significativo me pareció un rescate del feeling sesentero de las películas de ciencia ficción jazzeadas; además de un par de temas bastante sujetos a figuras de rock progresivo: quizás les pasa lo mismo que a los poetas, que cuando respiran hacia su lado oscuro exhalan posibilidades místicas y bastante profundas.

 
Cienfuegos. Foto por: Emilia Gálvez.
El Festival también incluyó master classes de los artistas que visitaron Ajijic, pues parte de este intento es que además del disfrute musical, se intercambie y construya conocimiento.

En suma, el FIJMI es la prueba de que en México existen proyectos que además de respirar honestidad, inteligencia y sensibilidad, hacen del tiempo psicológico de las personas un viaje hacia la dimensión en donde habita el éxtasis espiritual. Un aplauso infinito a los organizadores de este evento por realizar un trabajo excepcional, que ha de trascender a la memoria de nuestro recorrido artístico.

***Fotos de portada, del primer día del festival y siguientes, por: Poli Moon (@polimoon)

Aplausos a todos los involucrados en la organización del FESTIVAL INTERNACIONAL DE JAZZ Y MÚSICAS IMPROVISADAS, Ajijc, 2018:
  • Dirección: Projet Échange, de Renata Somar y Aarón Rojas.
  • Direccion y produccion General en Ajijic: Eleazar Soto.
  • Coproducción, logística y anfitriones: La Cochera Cultural : Thom Weeks, Jennifer Stanley, Eleazar Soto, Emilia Galvez.
  • Producción y Diseño: Alejandra Perez, Luis Pinedo.
  • Colaboradores: Sofia Ramirez, Gilberto Ríos, Angel Madrigal, Chuni Medeles, Alvaro Medeles, David Pérez, Sofia Ramirez, Shelley Smith, Antonio Lopez Vega.
  • Video: Emilia Galvez.