Por: Ania Paz
#JazzEnElPerú #JazzDesdeLaMiradaDelArtista
Reúne inspiraciones de Brasil y Perú, no solo a través de elementos musicales, sino también a través de metodologías de trabajo y conceptos de creatividad. Se trata del compositor, arreglista y baterista: Álvaro Ponce de León. Cuando vivió en Brasil, se vio especialmente influenciado por Hermeto Pascoal, para quien todo es música y libertad; a la vez, Álvaro aprendió a investigar cada ritmo brasilero a profundidad, y a improvisar dentro de cada lenguaje. También dirigió un grupo de música peruana llamado Caracunde, en el que tocó diversos géneros de la costa del Perú: valses, landó, zamacuecas, tondero y marineras.
Gracias a todo esto, cuando Álvaro retornó al Perú (en 2013) se entusiasmó con aplicar el manejo aprendido de los ritmos brasileros a los ritmos peruanos. Ha estado experimentando con esta mezcla junto al guitarrista Sergio Valdeos. Al respecto, Álvaro comenta: “Fue súper interesante poder escuchar en el estudio cómo estos ritmos pueden sonar tan chéveres superpuestos, cómo se pueden swinguear de otra manera.”
Álvaro habla también sobre el impacto del jazz en la música brasilera, y por consecuencia en la música peruana: “Encuentro muchísima relación entre la música brasilera y el jazz, principalmente en la armonía y en los acordes con muchas tensiones. Joao Gilberto fue uno de los pioneros en esto, dando a su música una sonoridad completamente diferente. Posteriormente el bossa nova influenció mucho a la música peruana a través de Lucho González, Carlos Jaire y otros guitarristas.”
Dentro de los proyectos en los que Álvaro participa hoy como baterista, está el grupo Perú 70, de jazz funk, en el que tocan el tema Chicha Negra, un festejo* fusionado con jazz. En suma, ha grabado con Mónica Gastelumendi & The Jazz Crew, Merian, Paul Hoyle, Alejandro y María Laura, y para el Homenaje a Chabuca Granda vol. II.
Entre sus proyectos actuales, se encuentra terminando arreglos para el próximo disco de la cantante Pilar de la Hoz. Las composiciones originales de Álvaro son publicadas por la empresa Cayambis Music. A su vez, está preparando la primera producción discográfica de su cuarteto denominado Varo’s Quartet, así como su primer método de batería enfocado en los ritmos latinoamericanos.
Como baterista de jazz, siente que su instrumento no es solo un sustento del ritmo. Desarrolla un concepto melódico e inclusive armónico. Para él es muy importante buscar timbres y sonidos diferentes, buscar su propia voz en el instrumento: “El baterista de hoy no se concentra solo en el ritmo. En los últimos años, personalidades como Brian Blade, Marc Giuliana o Ari Hoenig se han convertido en líderes de banda, y han grabado discos bajo sus nombres. Hoy en día ya no te sorprende escuchar que un baterista compone o arregla, es más bien una necesidad o exigencia para tocar mejor.”
Álvaro describe también sus impresiones del jazz: “Para mí el jazz es creatividad, es escuchar y dialogar. Me gusta mucho tocar con gente nueva. Dentro de las experiencias más chéveres que he tenido está tocar con gente que no habla mi idioma.” Y sobre la improvisación comenta: “Me gusta mucho tener afinaciones diferentes de los tambores, y me gusta mucho que las relaciones interválicas sean lo más interesantes y musicales posibles. Este concepto melódico me conecta más con el grupo.”
Álvaro estuvo rodeado de música desde pequeño, ya que sus padres tenían un grupo de música latinoamericana. Su primer instrumento fue el cajón peruano, que comenzó a tocar a los 4 años. Este inicio marcó su vida, y el cajón se convirtió en su instrumento favorito de percusión.
Ya en el colegio desarrolló otras habilidades musicales y le llamó la atención la tarola. A los 6 años sorprendió a sus profesores tocando un redoble de introducción de marinera. Más adelante, estudió percusión clásica con Alonso Acosta en el Conservatorio Nacional de Música de Lima. Luego estudió la carrera de MPB Jazz con especialidad en batería en el Conservatorio de Tatuí en São Paulo, Brasil. Debido a su formación en las dos áreas, ha tocado con versatilidad en orquestas sinfónicas, big bands y combos de jazz. Como Hermeto Pascoal, Álvaro percibe que la música es una sola.
El baterista regresó al Perú porque fue invitado a formar parte del cuerpo docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde somos colegas. Él indica que es muy importante el desarrollo del arte para construir una sociedad sana. Por su nivel de creatividad e improvisación, considera al jazz muy importante para la educación musical. En casa, para él es muy gratificante ver crecer a sus hijos rodeados de música. Disfruta de verlos experimentar y aprender mientras juegan y se divierten.
Por último, le pregunté cuáles son sus recomendaciones para mejorar la escena del jazz en el Perú: “Creo que en los Jam Sessions hay que proponer música nueva y crear en el momento. Por otro lado es importante descentralizar el jazz. Es necesario salir de Lima y formar nuevos talentos en otros lugares.”
*Festejo es un estilo musical afroperuano.