1400 lunes de jazz en la Noche de Barranco

Por: Ania Paz                                                       

 #JazzenelPerú #MúsicaDesdeLaMiradaDelArtista

 

Una antigua casona de Barranco es el espacio del centro cultural fundado por Charo Torres. Durante la época del terrorismo y en plena crisis económica en el Perú, Charo y el bajista Agustín Rojas emprendieron una iniciativa que se ha convertido ya en tradición barranquina: los lunes de jazz.

Y es que este distrito limeño se ha caracterizado siempre por estar lleno de arte, inclusive callejero. Ha inspirado a numerosos artistas como Chabuca Granda, y ha sido residencia del premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa y del escultor Víctor Delfín. Es en esta zona donde todos los lunes se presentan conciertos de jazz a casa llena a los que asisten jóvenes, turistas y público en general.

Una particularidad de estos eventos es que son totalmente accesibles: la entrada es libre y no hay consumo mínimo. Charo y Agustín lo querían así desde un inicio, para lograr atraer a los jóvenes a escuchar jazz en vivo. En la época que comenzaron era muy caro asistir a un concierto de este tipo en el Perú, y quisieron romper con el concepto de que este estilo era sólo para una élite. Contaban con el centro cultural y un bar al lado, así lograron que el emprendimiento fuera sostenible.

En aquella época no existía un ambiente como éste. Se realizaban también otras actividades como teatro, improvisación, stand-up comedy y fotografía. La Noche estaba abierta a todo, era un lugar donde todos podían expresar sus ideas. Por eso la gente la acogió rápidamente.

El entusiasmo no fue sólo del público, sino también de los artistas, y es que Charo da una importancia especial al trato con las personas: “Para nosotros es bien importante que el ambiente que se crea en la sala sea agradable para todos, para el público y para los músicos. Quiero que los músicos se sientan bien, se escuchen bien, respetamos mucho a la gente que toca.”

Al inicio tocaban jazzistas como Jean-Pierre Magnet y Carlos Espinoza, y todavía no existía un escenario. Luego construyeron un escenario más pequeño que el actual, donde gracias a auspiciadores produjeron un primer festival de jazz gratuito. Entre los participantes estuvieron César Peredo, Agustín Rojas, Pedro Luis Pacora, Javier Pérez-Sacco y Abel Páez. La respuesta del público fue tan increíble, que se animaron a seguir por este camino. También se realizaban Jam Sessions.

Fue así como decidieron crear un presupuesto para el pago de las bandas de jazz. Eligieron

los lunes por ser un día en el que los músicos normalmente no trabajan y están disponibles. Esta fórmula de acceso libre se ha mantenido hasta el día de hoy con gran éxito. Como dice Charo, “es un regalo de La Noche y de los músicos para la gente”.

 

 

Decidieron continuar y no han parado hasta el día de hoy, ya es un clásico de jazz en Lima.

Charo comenta: “Los lunes se crea un ambiente lindo, es un espacio que no puede cerrarse, tiene que permanecer por encima de todo. La música me encanta.”

A través de las redes sociales han logrado tener cada vez mayor alcance de difusión. A su vez han implementado recientemente ciclos como un Festival de Latin Jazz, un festival de tecladistas, un ciclo de vientos, etc. Eligen las temáticas y trabajan con una programación anual.

Hace algunos años emprendieron con el pianista Pepe Céspedes el Festival de Jazz con sabor peruano, que se realiza en los meses de julio y agosto. Estos son los meses en los que muchos peruanos regresan al país por fiestas patrias, lo cual es una oportunidad para mostrar la fusión del jazz con la música peruana. Aquí por ejemplo se puede escuchar al quenista Checho Cuadros.

Cuando recién comenzaron asistía sobretodo el público bohemio de Barranco, pero más adelante se integraron también los turistas. El ambiente artístico especial del distrito de hecho contribuyó al éxito de la iniciativa.

En el 2020 se cumplen ya 28 años, o más de 1400 lunes de jazz, y Charo considera que la perseverancia valió totalmente la pena. Agradece la participación de músicos de gran calidad como mis colegas y amigos Andrés Prado, Julio Flavio Maza, Laureano Rigol, Alonso Acosta, Pilar de la Hoz, Rafael “Fusa” Miranda, Noel Marambio, Abel García, Francisco Haya, Samuel Vicente, Pierre Huarniz, Teté Leguía, Juan Francisco Chávez Cosamalón, y muchos más. Charo también me agradece, y puedo decir que sólo he tenido experiencias bonitas cada vez que he tocado ahí, me siento muy agradecida también. 

Por lo pronto, debido a la contingencia y por órdenes del gobierno de Perú, todos los establecimientos públicos se encuentran cerrados en mi país; pero la esperanza persiste. Luego de profundizar en la historia de La Noche siento que esta nos demuestra que una crisis no debe detenernos y que, a pesar de circunstancias adversas, el arte y el jazz pueden florecer.