Por: Ania Paz
Foto: Iván Reátegui
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Lo que más le impresionó del jazz fue la improvisación: tocar sin leer partituras. “Para mí improvisar es una habilidad necesaria en todo músico, pues te permite desarrollar aspectos musicales como el oído, el sentido rítmico y armónico, y otras habilidades que facilitan el camino hacia otros rubros como la composición, los arreglos, la orquestación y la dirección.”, comenta Julio Flavio.
Se trata del primer peruano egresado con una maestría del prestigioso Thelonius Monk Institute of Jazz Performance de la Universidad UCLA de Los Angeles, California, hoy llamado Herbie Hancock Institute of Jazz. El saxofonista, flautista, pianista y compositor perteneció a un selecto grupo de 7 estudiantes de diversos países, que con una beca completa recibieron clases de leyendas del jazz como Herbie Hancock y Wayne Shorter. Como parte del Ensemble del Instituto, Julio participó en el Festival de Jazz de Sitka – Alaska, el Festival de Jazz de Panamá, la celebración del Día Internacional del Jazz 2017 en La Habana, Cuba – donde tocó al lado de Herbie Hancock y Esperanza Spalding -, y el Día Internacional del Jazz 2018 en San Petersburgo, Rusia.
Su amor por la música fue motivado por su padre, quien lo inscribió en clases particulares de piano. Luego cambió al saxofón y se integró a Jazz Jaus, una Big Band de jóvenes. Ahí conoció a otros vientistas y descubrió nueva música.
Julio tocaba primero con Vieja Skina, la orquesta de su padre, y posteriormente con cantantes de jazz y amigos en las jam sessions. Sobre su importante habilidad de multi-instrumentista explica: “Del piano me gusta su sentido rítmico, el poder tocar acordes y crear acompañamientos sin asumir el rol solista. Del saxofón me gusta su sonido, su diseño en sí, y la posibilidad de tocar en una sección con más vientos.”
En el instituto recibió clases de Jimmy Heath, Billy Childs, Dick Oatts, Jerry Bergonzi, Bob Sheppard, Jeff “Tain” Watts, Geoffrey Keezer, Bob Hurst, Chris Potter, Steve Nelson y Terri Lyne Carrington. En cuanto a estas vivencias relata: “La experiencia fue increíble. Compartir con músicos que escuchan cada nota que uno toca con una claridad a la que yo no estaba acostumbrado me exigió al máximo. Repasar fundamentos básicos me hizo ver que eso es lo más importante. Además me impactó compartir con todos los maestros que nos visitaban. Veía en ellos un ejemplo a seguir más allá de la música. Los viajes fueron experiencias muy enriquecedoras, de mucho intercambio cultural.”
Los estudiantes que tuvieron la misma oportunidad que Julio y pertenecían a su Ensemble provenían de Italia, Canadá, Estados Unidos y Francia. Con ellos grabó recientemente su primer álbum.
Ya de regreso en Lima, Julio es un músico activo en la escena de jazz. Como saxofonista toca en un grupo de música brasileña llamado Sambajazz y en ocasiones con el grupo Chinchano de Juan Daniel Pastor. A su vez está incursionando como arreglista y tocando piano de vez en cuando para acompañar cantantes.
Enseña también lo que aprendió acerca de la música afro-estadounidense. Considera que entendiendo su raíz se puede comprender mejor la música contemporánea. Desde niño tocaba salsa, merengue, cumbia, boleros y valses, por el trabajo y por su papá. Ahora que el jazz le ha dado más destreza auditiva y rítmica, siente que puede aprovechar y disfrutar más todos esos géneros. “Me gusta mucho la música de la era del swing y el hard bop, así como también los festejos antiguos y los huaynos típicos.”
Julio fue mi alumno de composición en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas UPC. También tocamos juntos durante esa época. Desde que lo conocí me di cuenta de su gran talento, y no me sorprende los logros que ha tenido con esta disciplina. Además de haber ganado el segundo premio en el Concurso Nacional de Composición “Canteras” 2013, organizado por la Pontifica Universidad Católica del Perú PUCP, ganó en 2019 el premio de Composición de Latin Jazz para Big Band organizado por el Británico Cultural. “Como compositor trato de aprovechar al máximo el sonido de la banda y de resaltar las habilidades de cada músico.”
Es un orgullo para mí que hoy en día él sea también mi colega docente en la UPC. Tiene una visión clara de cómo crecer en el jazz: “Quisiera inculcar que la música afro-estadounidense no es tan difícil. Sólo hay que escuchar la música adecuada y tocar con los músicos adecuados. No sólo hay que tener buenos maestros de jazz, sino también de música clásica, de percusión, de piano, etc. Muchas veces nos dicen que debemos escuchar los discos para aprender, pero a veces el alumno necesita primero aprender a escuchar, a cantar, a sentir el ritmo, o a tocar percusión.”