Charlie Parker y Dizzy Gillespie: los padres del bebop

Por: Estefanía Romero

Para explicar qué es el bebop decidí escribir un artículo dividido en tres partes, el cual terminó por constituirse de la siguiente manera: 1. La lógica musical del bebop, un fenómeno de posguerra; 2. Los padres del bebop: Charlie Parker y Dizzy Gillespie; y 3. La reputación del bebop: hipsters y beatniks.

Les comparto la segunda entrega.

2. Charlie Parker y Dizzy Gillespie: los padres del bebop

Charlie Parker y Dizzy Gillespie, junto a otros personajes, convirtieron el Minton’s y el Monroe’s en laboratorios de experimentación musical. Serían ellos quienes transformarían el jazz tradicional en jazz moderno, y le llamarían bebop.

De acuerdo con el documental The Charlie Parker Story, de Tony Followell (2005), el inicio de la inspiración de Parker se da en Kansas City, durante los años treinta. The Reno Club, sostenido al lado de un prostíbulo, era el espacio donde la banda de Count Basie solía tocar, incluso por las mañanas. Tras escuchar a Basie y otros grandes héroes del swing, el mismo Charlie dijo que emprendió una etapa de estudio con su instrumento de 11 a 15 horas al día.

 

Jazz musician Charlie Parker posando para una foto de estudio (1945), en Nueva York. Fuente: Michael Ochs Archives. Getty Images.

 

En 1936, a sus 15 años, Parker se casó con Rebeca Ruffin. Fue en un Día de Acción de Gracias que ocurrió un grave accidente. Parker iba en carretera, camino hacia una presentación con una banda; pero el coche se impactó, Charlie se rompió costillas y se fracturó la espina. Le dieron morfina para el dolor y, poco después, de regreso a casa, Rebeca descubrió a Charlie usando heroína. Según Gary Giddins (en Followell, 2005), el uso de morfina no era normal para chicos de la edad de Parker en aquel año; indica que la marihuana y el alcohol eran las únicas sustancias comunes en el círculo jazzístico. Subraya que la marihuana era prácticamente legal para 1936 y deja claro que el contacto de Charlie con la heroína, como consecuencia de su uso por meses de morfina para aliviar el dolor, fue prácticamente la causa decisiva de su adicción.

Es muy común que se hable de las adicciones de Parker, mucho antes de considerar la práctica y esfuerzo intelectual que en realidad le llevaron tan lejos. Me parece que de aquí se desprende una de las grandes falacias del misticismo del jazz, o del mundo artístico en general: la idea de que el talento depende de los psicoactivos. En 1949, el mismo Parker declaró en una entrevista, publicada en Down Beat:

Cualquier músico que diga que está tocando mejor, ya sea con té, la aguja (heroína), o cuando está alcoholizado, es un gran mentiroso. Cuando yo bebo mucho no puedo ni mover bien los dedos o tocar ideas decentes. Y en los días que estaba en ‘esas cosas’, tal vez ‘pensé’ que estaba tocando mejor, pero al escuchar ahora esos discos, sé que no lo hacía[…].

 

Fragmento de la portada de Down Beat (septiembre 9, 1949).

 

Todos los que rodeaban a Charlie Parker reconocían en él un hombre no sólo talentoso musicalmente, sino culto, preparado y estudioso de distintas áreas del conocimiento: “Él podía hablar de física nuclear, teoría cuántica, el hombre era increíble. Su compositor favorito era Stravinsky y su obra favorita era La Consagración de la Primavera. Era un verdadero intelectual. Una mente enorme” (MSUM). En su biografía de Charlie Parker, Stanley Crouch narra la experiencia del saxofonista como un lector asiduo:

Rebeca trabajaba en la biblioteca tres días a la semana, y Charlie esperaba hasta que ella saliera de su trabajo a las cinco. Cada día, mientras ella hacía sus dos horas de trabajo, Charlie iba a la biblioteca, recolectaba un cúmulo de libros, y se sentaba en el último piso del edificio, leyendo e investigando información. Él amaba los libros de universos alternos y lugares lejanos, algunos de ellos por autores asiáticos. Antes de que él y Rebeca volvieran a la Olive Street, Charlie ponía el libro que había leído esa tarde de vuelta a su librero (2013, p. 55).

La misma Rebeca Ruffin dijo algo que no se menciona mucho, pero que debería importarnos: “Charlie Parker tocaba todos los instrumentos” (p. 81). Hace unos meses, en entrevista con Sheila Jordan, la cantante me dio un par de líneas sobre la gran mente de su gran amigo Charlie: “¡Él era un genio! ¡Era brillante! Era muy inteligente, pero tuvo una batalla con una enfermedad poderosa, alcoholismo y adicción a las drogas, pero eso no cambia el hecho de que el hombre era un genio” (Jordan en entrevista con Romero, 2020).

Siguiendo a Followell (2005), el saxofonista fue a NY a sus 18 años y lavó platos en el mismo lugar donde Art Tatum solía presentarse. Fue en The Savoy Ball Room, un salón de baile de la misma ciudad, donde Dizzy Gillespie encontró a Charlie. Su colaboración consistió en tomar el swing para llevarlo hacia una nueva dirección. Es una lástima, pues una disputa, entre la unión de músicos y la disquera, costó la pérdida de dos años de grabaciones juntos. La única cinta que se tiene de Parker y Dizzy juntos en ese periodo, es la del Chicago Hotel Room, en 1943. Ambos personajes tuvieron una relación muy estrecha. Se la pasaban juntos y platicaban por horas. El mismo Dizzy decía que Parker era un intelectual, que tenía una fuerte consciencia social y, por ello, hablaban de todo tipo de temas.

 

 

El año 1945 fue decisivo. El quinteto de Dizzy Gillespie se presentó con Charlie Parker en el NYC Town Hall, donde el jazz ya mostraba una transformación. Bird tenía 24 años. Tocaron el famoso tema llamado “Bebop”. Se trató de una nueva revolución que no estaba siendo grabada (Followell, 2005).

Dizzy enfatizó en que parte de la innovación fue evidente por la forma en que Charlie acentuó las notas (Followell, 2005). Stanley Crouch profundizó un poco más sobre las peculiaridades musicales de Charlie:

Su obsesión por los saltos, ritmos engañosos, resultó en infinitas formas de jugar con el ritmo que se hacía a la forma de su deseo de crear melodías acompañadas por una sorpresa armónica. En sus manos, una sola nota funcionaba en cinco niveles: su timbre individual era melódico; era una nota armónica valiente; tenía una textura individual a través del control de su color; sus voicings[1] eran dictados por el registro en el que tocaba; y servía de función rítmica en una frase (2013, p. 33).

En ese mismo año, 1945, Charlie comenzó a cambiar su comportamiento y su relación con el trompetista tomó un nuevo rumbo. Followell (2005), muestra que Dizzy, curiosamente, tenía un músico extra por si Charlie no se presentaba a tocar. En el documental Jazz History Lesson: Charlie Parker, Dizzy Gillespie, para las clases de historia de la Minnesota State University Moorhead (MSUM), se dice que, en diciembre de 1945, Dizzy Gillespie, Charlie Parker y un grupo importante de músicos, como Stan Levey, partieron hacia California. Dizzy fue invitado al club Billy Birds, pero no quería llevar a Parker. Se trató de un largo viaje; Charlie Parker se bajó del tren, muy enfermo, en medio del desierto, para buscar drogas. Llegaron a Los Ángeles. Charles Mingus, Dexter Gordon y otros quedaron sorprendidos por una nueva música frenética, nerviosa, caótica: “Get hip”, solían decir.

 

 

Charlie Parker y Dizzy Gillespie.

 

En la misma ciudad, y tras varias semanas de buscar, por fin Charlie pudo encontrar un proveedor en un negocio de boleado de zapatos, llamado Moose the Mooche, mismo título con el que Parker nombraría una de sus épicas composiciones. Cuando todos los de la banda se encontraban por volver a NY, Parker prefirió vender su boleto de avión por heroína y desapareció. Gillespie, quien alguna vez llamó a Charlie “The other half of my heartbeat” (“la otra mitad del ritmo de mi corazón”), se fue a casa sin Charlie. Charlie se quedó en los Ángeles. Grabó para Dial Records y, al mismo tiempo, daba la mitad de sus ganancias a Moose the Mooche. Eventualmente, comenzó a beber para compensar por la heroína que no podía conseguir. No tenía dónde vivir (MSUM).

Siguiendo la MSUM, para julio de 1946, Charlie logró grabar un famoso disco, con el tema “Lover Man”. Estaba tan ebrio durante la sesión, que el productor tuvo que sostenerlo para mantenerlo de pie, mientras que un doctor le dio sedantes. El disco se logró. Más tarde, Parker se quedó dormido en el lobby de su hotel con un cigarro prendido y provocó un incendio en el lugar. La policía llegó, lo golpeó. Parker entonces fue llevado al Camarillo State Mental Hospital… tocó en la banda del hospital.

 

El lado sur de la calle 52, entre las 5a y 6a Avenidas (1948). Foto por: William P. Gottlieb. Collección de la United States Library of Congress’s Music Division. Recuperada de: https://loc.gov/item/gottlieb.02781

 

A los 6 meses, Parker volvió a NY, donde la 52 Street se convirtió en el centro del bebop. Aquí Charlie llevaba su propio Quinteto, que incluía a Max Roach en la batería y a Miles Davis en la trompeta (Followell, 2005). En la misma ciudad, Dizzy puso su big band para mostrar que el bebop podía ser tan bailable y entretenido como el swing (MSUM). El mismo trompetista comentó: “Sí, estábamos pensando únicamente en música… pero yo bailaba. Siempre bailaba” (citado en Horne, 1990). Para este entonces Dizzy y Charlie sólo tocaban juntos de manera esporádica, pues cada uno estaba dedicado a su proyecto y Dizzy ya no compaginaba con el estilo de vida de Parker. El Quinteto de Charlie viajó a París, donde ya era considerado una super estrella (Followell, 2005).

 

Quinteto de Charlie Parker. Foto recuperada desde: https://www.last.fm/es/music/Charlie+Parker+Quintet/+images/ab4133eb01d0462fb602deb4d46aa6a5

 

Los años siguientes, el uso insistente de sustancias nocivas llevó a Parker hacia una salud de sumo deterioro. En 1955, poco antes de su muerte, a sus 34 años, visitó un club de NY, donde se presentaría Dizzy Gillespie. “Parker, con sobre peso, desorientado: ‘¿por qué no me salvas, Diz?’, le dijo una y otra vez a Gillespie. ‘Tan sólo no había qué decir’, contestó Dizzy” (MSUM).

En cuanto a Dizzy Gillespie, este rompió convenciones de todo tipo para su época. No sólo reconstruyó el lenguaje armónico y la ejecución del jazz junto a Charlie Parker, también insistió en los derechos civiles y fue un gran ejemplo de ser humano, pues con su figura logró inspirar varias generaciones de músicos sobre la responsabilidad social del artista, y apoyó las carreras de muchas grandes figuras (de distintas culturas) que hoy conocemos como íconos del jazz: Lalo Schifrin, Paquito D’Rivera, Arturo Sandoval, Steve Turre, Danilo Pérez, entre otros. Dizzy nos enseñó que la diplomacia a través de la música es posible y es primordial.

 

Danilo Pérez y Dizzy Gillespie. Foto: Dany Gignoux. Cortesía de Danilo Pérez para Bop Spots.

 

Entre otras novedades de Dizzy para su época, encontramos que él contrató a Melba Liston, trombonista y buena arreglista, en tiempos donde las mujeres “pertenecían a sus casas”; y que contrató al cubano Chano Pozo, quien le mostraría la música caribeña (MSUM), la cual sería parte característica del estilo bebop que persistiría en el ala de Gillespie.

Además, Dizzy asentaría, sin pensarlo, el prototipo del hipster…

 

Dizzy Gillespie. Recuperada desde: https://www.britannica.com/biography/Dizzy-Gillespie

 

[1] En textos de armonía clásica son conocidos también como “inversiones”.

 

*Visita las otras partes de este artículo:

1. La lógica musical del bebop, un fenómeno de posguerra

3. La reputación del bebop: hipsters y beatniks