Memo Ruiz: Cómo se cae o se levanta un concierto por un elemento | #RMJF

Por: Estefanía Romero

Cuando escuché cantar a Memo Ruiz lo primero que me vino a la mente fue que no recomendaría este proyecto a mi peor enemigo. Si instrumentalmente supieron equiparse para desenvolver temas sencillos de flamenco, bolero, rumba y jazz, cada participación del vocalista eliminó cualquier posibilidad de encanto con sus tremendas desafinaciones.

Sin embargo, a pesar de ser un terrible cantante, Memo es un buen guitarrista y sus composiciones son agradables.

La mejor parte del concierto de Memo Ruiz Bolero Flamenco & Jazz en el RMJF fueron las aportaciones del trompetista Rafael Gesto Alonso, quien lo hizo muy bien con su búsqueda de escenarios sonoros, tintes esporádicos de sensualidad neoyorquina, de otros timbres que rememoran a Miles Davis, así como una gran personalidad de jazz latino. El “Lamento Borincano” comenzó lindísimo con la fuerza de la trompeta y un sonido limpio, pero, de nuevo, se cayó por completo cuando la voz intervino. Eventualmente se rescató en un tremendo solo de trompeta y la calidez latina del resto del ensamble.

 

 

“Contigo soy feliz”, pieza instrumental escrita por Memo, se lució por encima de otros temas en este concierto, sobre todo cuando dio paso a las improvisaciones.

La trompeta, debo insistir, fue fantástica en toda aportación. Aun así, vemos que durante toda la presentación pudieron aprovecharse mucho más el resto de los instrumentos: las congas, siempre tímidas; las guitarras se desvivieron en clichés de los géneros, y fallaron al dotar de la energía necesaria a un género tan sensible como el flamenco; y el bajo, que sirvió para dar forma a los temas, bien pudo expresar mucho más que su mera función. En general, se necesitan mejores arreglos y mucha más creatividad al momento de la improvisación. Buscar nuevos atrevimientos y exploraciones podría ser de ayuda para dotar de carisma al ensamble y, por tanto, darle un sello singular.

 

 

Más allá, es grato cuando géneros encuentran expresiones intrínsecas en común. Aquí, el zapateado flamenco es un paralelo al tap del jazz, y presentarlo a cargo de una bailarina dotó de un cierto tipo de adrenalina al concierto.