Joven mexicano a la conquista del jazz en Chicago

Por: Estefanía Romero

Jesús Fuentes presenta su álbum debut: Liminality: Live at Smith 25; el cual incluye temas arreglados, otros compuestos, y todos producidos por el mismo Fuentes. Se trata de un pianista, arreglista, compositor y educador juarense que va trazando la línea de una carrera prometedora en el jazz. Su proyecto fue lanzado en vivo, desde Chicago y ahora está disponible en redes.

 

 

“Tren Azul”, la primera ejecución del disco, es un claro homenaje al “Blue Train” de John Coltrane. De hecho, todo este proyecto de Fuentes lleva una clara influencia de hardbop: un jazz que nos recuerda los años 60, expresión musical que heredó las complejidades del bebop, pero cuya identidad se mantiene arraigada a una fuerza de predominancia melódica. Las primeras tres piezas de Liminality: Live at Smith 25 llevan en sí una exposición de alto nivel, con músicos preparados, que conocen el lenguaje y son coherentes con sus afirmaciones.

 

 

De todas maneras, yo quisiera poner la lupa sobre el valor de la última pieza…

“Va de Nuez”, compuesta por Fuentes, es el momento clave de esta producción. Mi favorita y la razón por la que he vuelto y volveré a escuchar este material. La melodía de esta idea sónica resalta (y es sumamente recordable) dadas su identidad rítmica, y la mística vestida de notas graves en piano y contrabajo, aderezadas por jugueteos de sax y swing en la batería. A lo largo, nos enfrentamos con múltiples complejidades, desde el engranaje armónico hasta las texturas tímbricas (me encantó el primer unísono entre sax y piano). Si bien, todo el tiempo ocurre algo en cada instrumento (cumplen con una misión a nivel individual), es evidente que forman parte de un mismo organismo: cuando un ensamble se comunica a tal profundidad (su búsqueda y espontaneidad alcanzan una amalgama real con la lógica del compositor), ¡se siente! Y funciona no sólo para los músicos, sino también para quienes nos acercamos a escuchar… la lógica persiste, la honestidad está ahí.

 

 

Aunque se trata de personajes muy distintos, el “Va de Nuez” de Fuentes me hace pensar en Horace Silver y la meditación lúdica en la que nos envuelven sus largas piezas; cuya insistencia en la melodía permite que la música se sienta más de lo que se piensa… y eso ayuda mucho a que esta música tenga gran posibilidad de simpatizar con todo tipo de público. Así, en “Va de Nuez”, el largo espacio de improvisación sube y baja de la melodía, agrega y quita colores, juguetea con ritmos, nos mueve de un mar a otro en un mismo océano… e incluye en su corazón un minihomenaje a Dizzy Gillespie (invocando la reconocida pieza “Night in Tunisia”) que deriva hacia un ragtime. ¡Y mucho más!

 

 

Finalmente, quisiera retomar una cita de Fuentes, que se encuentra a primera vista al visitar su página profesional:

“Elegí el título ‘Liminality’ (liminalidad) para este -álbum- pues creo que describe cómo me siento sobre mi vida (y el mundo) por el momento; estoy a la mitad de una transformación musical y personal. Estoy buscando mi voz musical, y mientras no llegue a eso, creo que me mantendré en el umbral”.

Y, en efecto, qué grande la franqueza de este personaje. Ser un artista involucra años de estudio, búsqueda, dudas… y aun así, la luz de Fuentes ya da grandes destellos que se asoman hacia el otro lado del umbral. Esperemos sus próximas sorpresas.