Mujeres pioneras en el jazz: las instrumentistas

Por: Estefanía Romero

¿Quiénes dieron la pauta para que las mujeres pudiesen entrar al jazz? ¿cuáles fueron los contextos? ¿a qué se tuvieron que enfrentar? Cuando se habla de “mujeres en el jazz” se nos vienen a la mente los grandes nombres: Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Peggy Lee, Anita O’Day, Sarah Vaughan, Carmen McRae, Sheila Jordan, Nina Simone… pero es importante hablar de las pioneras y, sobre todo, de las instrumentistas, quienes suelen ser las más olvidadas por la historia.

Según el documental Women in Jazz: The instrumentalists, narrado por la pianista Marian McPartland (1984), la oportunidad de las mujeres para tocar instrumentos de aliento llegó con las big bands que reinaron los años 30. Para esa época ya se conocía la pianista Joannie Rice, quien tocaba al estilo de Count Basie, y sabemos que en 1937 surgió la primera (o la primera más relevante) big band de mujeres: The International Sweethearts of Rythm (ISR), que también resultó ser la primera banda de integración racial femenina.

 

El Dr. Laurence Clifton Jones creó este proyecto en la Piney Woods School de Mississippi. Las miembros eran estudiantes de bajos recursos -algunas incluso eran huérfanas-, de 13, 14 y 15 años. La intención de Jones fue que estas jóvenes financiaran su propia educación con las ganancias de su esfuerzo musical. En un reencuentro de las integrantes (conferencia en el Smithsonian, 2011), estas comentaron que la ISR en sus comienzos fue una marching band; pero tras dos años de viajar, la trombonista pensó en crear una banda de jazz.

 

Roz Cron, Sax Player in row
Las ISR. Foto: Judy Chaikin, recuperada desde: The Girls in the Band–The Official Site of the Music Documentary.

 

La ISR viajó por todo Estados Unidos en un autobús de la escuela, llamado Big Bertha; tocaron en iglesias, eventos del estado, bailes, desfiles y lugares de entretenimiento. Sin antecedentes de estudios musicales, dicen que la música se les presentó como una oportunidad para tener una carrera, aunque fue un reto, pues sus padres no querían que sus hijas cristianas tocaran swing. Las intérpretes se esforzaron por estudiar mientras estaban de gira. Las miembros platican que en la escuela aprendieron a hacer zapatos, a limpiar, hacer decoraciones; y que al momento de practicar música intercambiaban instrumentos, así que tuvieron la oportunidad de aprender de todos estos.

 

Roz Cron frente al autobús de las ISR. Foto de Judy Chaikin (2021). Recuperada desde: The Girls in the Band–The Official Site of the Music Documentary.

 

El Dr. Jones creó este proyecto inspirado en una orquesta de puras mujeres que dirigió la cantante y bailarina Ina Ray Hutton desde 1934. Lynn René Bayley (2019) escribió al respecto: “Tal vez salte a la luz que ni Hutton ni su banda tienen realmente un lugar en la historia del jazz, pero si las comparamos no eran tan buenas improvisadoras como las músicas de ISR”.

La ISR incluyó chicas que provenían de todos los estados y distintos perfiles raciales: afroamericanas, blancas, asiáticas, etc. Bayley citó a una trombonista de la banda, cuando esta dijo en 1980: “teníamos hindúes, mexicanas, puertorriqueñas y chinas… Willie Mae Lee Wong y Helen Jones, Tiny Davis y yo misma éramos el núcleo de las ISR”. Esta es la razón por la que el Dr. Jones incluyó la palabra “International” en el nombre de la banda. Sin embargo, la diversidad del proyecto devino en muchos conflictos ocasionados por sesgos de género y raza. Mientras las integrantes se querían y apoyaban entre sí, sus públicos tenían ciertas preferencias injustificadas. Roz Cron, alto sax caucásica de ISR, comentó en alguna ocasión:

La diversión duró hasta que comenzamos a hacer giras en el sur. Las bandas de mujeres eran desconocidas por los blancos, puesto que solían tocar en espacios para negros. No se permitía que existieran bandas con razas mezcladas, para las mujeres negras era aún más difícil tocar: en la parte comercial podían aparecer, pero frente al público no.

Sentía mucho amor por mis compañeras, pero al mismo tiempo sabía que estaba provocando miedo en otras mujeres; a veces me sentía muy apenada, humillada por mi raza (del documental The Girls in the Band, de Chaikin, 2011)

 

 

Según Bayley (2019), Cron comentó que ella misma, antes de formar parte de la ISR, formó parte de la Burham’s All-Girl Orchestra a inicios de los 40, en el Raymor Playmor Ballrom, en Boston: “y esta fue la primera vez que supe que las chicas realmente tocaban instrumentos y tocaban música de verdad, estaba tan sorprendida y amé la posibilidad desde ese momento” (Cron citada en Bayley). Cron tocó en bandas de puros hombres hasta que se graduó y logró incorporarse a la Ada Leonard and her All-Girl Orchestra.

De acuerdo con McPartland (1984), cuando cayó la etapa de las big bands, al final de los años 40, apareció la de las pequeñas bandas, lo cual disminuyó aún más la oportunidad de las mujeres en el jazz. Muchas se salieron de la escena. Un ejemplo de esto fue la saxofonista Willene Barton, quien buscó su camino al emprender su propia banda; sin embargo, se enfrentó a pocos trabajos, de baja remuneración. En aquellos tiempos para poder tener éxito era importante tener una aceptación mediática inmediata. Lo cual llevó a varios músicos a la creación de comerciales, camino que siguió la pianista Martha Davis. Las Sweethearts llegaron a presentarse en el extranjero después de la II Guerra Mundial pues, según ellas, para ese entonces Europa recibía a los músicos de jazz con mucho gusto (charla en el Smithsonian, 2011).

 

 

Cabe mencionar que, durante la época de las big band, las bandas de mujeres seguían el formato que ya había sido preestablecido por otros ejecutantes, sabemos que Louis Armstrong fue el detonante de esta época con las innovaciones que incorporó al jazz que se denominaría específicamente como swing. En cambio, el tiempo de los pequeños ensambles permitió que estos mismos fueran en busca de una identidad propia: “Mientras The International Sweethearts of Rhythm querían sonar como hombres, las mujeres de Alive! querían sonar como ellas mismas”, según McPartland (1984). Alive! Es una banda de cinco mujeres que impactó la escena del jazz en los años 70, moviéndose desde San Francisco hacia el resto del mundo.

Alive! Foto recuperada desde: https://rhiannonmusic.com/alive

 

En la conversación de las ISR (Smithsonian, 2011), Cron mencionó una anécdota que viene al caso: en alguna ocasión ella escuchó una estación de radio donde el presentador puso dos piezas musicales, una era de Benny Goodman y otra de las ISR; la idea era que el público adivinara quién era el autor y nadie supo encontrar la diferencia. Esto, por un lado, puede considerarse un elogio; pero, desde otra perspectiva, es otra forma de entender que realmente hubo profesionalismo en su ejecución, pero las ISR no se distinguieron por un sentido de innovación musical; no obstante, su presencia es significativa y revolucionaria pues enfrentaron el estereotipo de que las mujeres no pueden ser buenas intérpretes y dieron paso a más mujeres en la música, sobre todo en los alientos u otros instrumentos que a la fecha siguen siendo poco abordados por este género.

En esta larga historia también tuvimos a Melba Liston, trombonista, arreglista y compositora, que a mediados de los cuarenta estudiaba y colaboraba con los grandes nombres del jazz, como Dexter Gordon, Dizzy Gillespie y John Coltrane. Otra figura interesante fue Lil Hardin, la segunda esposa de Louis Armstrong, quien impulsó al trompetista a crear sus propios proyectos, y trabajó como representante para él, en una época en la que las mujeres deberían permanecer en casa. Podemos pensar en Alice Coltrane, quien, además de ser compositora y multiinstrumentista, es conocida como la gran compañera de John Coltrane durante sus años de crecimiento espiritual y revolución musical.


El jazz nos dio a la compositora y fantástica pianista Mary Lou Williams, fundadora de Mary Records (1957), ¡la primera compañía disquera creada por una mujer! Asimismo, es importante reconocer a las pioneras e íconos del blues, como Ma Rainey y Bessie Smith; y la brillante composición y técnica de Nina Simone. Un reconocimiento interesante debería dársele también a una mujer que no fue músico, pero cuya ayuda fue primordial; se trata de la Pannonica Rothschild, la “Baronesa del Jazz”, una importante mecenas de los beboperos, cuando estos se enfrentaban al racismo, pasaban hambre o no tenían dónde alojarse: Thelonius Monk, Charlie Parker, Charles Mingus y Art Blake, entre otros, se vieron beneficiados por el amor de la Pannonica hacia el jazz. El mismo Charlie Parker estaba en casa de la Pannonica cuando él murió.

Mary Lou Williams: A Centennial Celebration : NPR
Mary Lou Williams. Foto de: NPR.



En fin, existe una historia larga tras cada uno de estos nombres… y por algún lado tenemos que empezar a reconocerles. ¿Se imaginan la riqueza que existiría en un mundo jazzístico que incorpore más mujeres instrumentistas y de alta formación? 

 

Bibliografía:

Alive! (2021). About Alive! Recuperado de: https://alivejazz.com/about

 

Bayley, Lynn René. (2019). The International Sweethearts of Rhythm. The Art Music Lounge. Recuperado de: https://artmusiclounge.wordpress.com/2019/12/30/the-international-sweethearts-of-rhythm/#:~:text=The%20International%20Sweethearts%20of%20Rhythm%20were%20founded%20at%20the%20Piney,in%20the%20band%20were%20orphans.

 

Chaikin, J (productora y directora). (2013). The Girls in the Band [documental]. Estados Unidos: Artist Tribe, One Step Productions.

 

Crohn, B. & Jatovsky, D (producers), Burrill L. Crohn (director and writer). Women in Jazz: The instrumentalists [documental]. National Video Industries Paddock Productions. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=XLCcQvboXig

 

Nolte, Aimee. (2019). Why Aren’t There More Women In Jazz? Aime Nolte Music. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=t2N9zzecj2k

 

Smithsonian Jazz. [Smithsonian]. (2011) Women and Jazz:  The International Sweethearts of Rhythm [Archivo de video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=_Cjmg8Jepvw&t=3s