Por: Estefanía Romero
Fotos por: Cara Macnally y Russell Burden.
Paul Cheneour ha sido enlistado entre los 100 mejores flautistas de la historia grabada de la música, bajo los criterios de: improvisación, influencia, originalidad, versatilidad e impacto en el jazz moderno.
En una carrera de más de 50 años, ha abordado jazz, música árabe, hindú, clásica, sus fusiones, y el propio estilo de Cheneour. El mantra del flautista inglés es “Listen, observe, feel and do”, con lo cual cambia las cualidades de la improvisación hacia lo que él llama composición espontánea.
No diré más. Paul habla mejor sobre todo aquello que hace de su estilo algo incomparable…
E: Me fascinan las texturas y posibilidades que logras encontrar en tu instrumento. Mencionaste en tu biografía que comenzaste tu viaje en los años 60. Artísticamente ¿cómo va ese viaje?
P: Hago lo que me imaginé, en los años 60, que haría hoy. Cuando comencé a tocar la flauta supe que aquí es donde estaría yo ahora. Extrañamente, estoy haciendo lo que pretendía hacer. Las actividades que llegan en este momento se dan todo el tiempo. Ahora estoy teniendo las oportunidades por las que he trabajado toda mi vida.
E: ¿Qué visualizabas en aquellos años?
P: Al principio fue muy raro. Un chico llegó, era amigo mío, y dijo: “¿por qué no tan sólo intentas tocar la flauta?” Porque yo tocaba el piano y la guitarra también. Él dijo: “intenta tocar la flauta”. Y, esto no es una exageración, tan pronto como lo hice pensé “he hecho esto antes”, y literalmente en tres meses ya estaba en una banda, seis meses después estaba de gira tocando jazz.
Cuando tenía 11 años, descubrí a Charlie Parker y a Ravi Shankar en la misma semana y, por el resto de mi vida he estado juntando esta cosa Este-Oeste, lo cual puedes escuchar en las piezas que estoy lanzando, especialmente en Silhouettes, puedes escuchar esta cruza entre música hindú, árabe, clásica europea y demás, pero sin límites, mezclando todo. Eso es lo que he estado intentando hacer y parece que hoy puedo hacerlo mucho más que antes.
E: Yo intentaba imaginarme los años 60, el contexto donde estás, ahora que mencionas a Ravi Shankar y Charlie Parker, pienso que Europa siempre ha tenido una visión más inclusiva de este tipo de artistas que América.
P: Cuando los músicos de Estados Unidos venían a Europa eran tratados con respeto. Mientras que allá no. Su cultura es muy fuerte en las subculturas de EU.
E: En los 60, en México era muy difícil tener álbumes de jazz, tenías que viajar o tener mucho dinero. La música que dices era algo nuevo, quiero decir, es algo que ahora podemos ver hacia atrás y “procesar”, pero en aquél tiempo… ¿Qué te hizo hacer click con esta música? ¿Cómo te enamoraste de ella? ¿Cómo lo supiste?
P: Cuando yo era muy pequeño, mi padre tenía un montón de discos 78rpm y todos eran de blues, Lemon Jefferson, Sonny Boy Williamson… todo esto, y era la música que yo conocí, no sabía de otra cosa. Era jazz, blues, con lo que yo crecí.
En cuanto escuché tocar a Charlie Parker, era como si me estuviera hablando directamente a mí. Estaba atravesando mi cerebro. Pensé: “¡sé lo que estás diciendo!”. Porque yo amo el cromatismo que Charlie Parker creó con el jazz, porque viene de las escalas tonales que él estaba introduciendo, lo cual es muy parecido a cuando Mozart introdujo el cromatismo a la música clásica. Eso es lo que Charlie hizo con el jazz, con las séptimas y novenas, treceavas, decimoquintas, decimoséptimas, él estaba flotando por encima de los acordes de I, III, VI, V, VI, VII, VIII. Él tocaba. Se sentía como “¡sí, por favor! ¡por supuesto! ¡así es como de debe tocar!”.
Cuando escuché a Ravi Shankar tocar también fue como, “¡claro! ¡eso lo entiendo”. Va tanto con mi resonancia, ¡sí! Entonces tienes que preguntarte de dónde viene esto. ¿De dónde viene el reconocimiento musical de esto? Hay dos cosas: viene de estar expuesto a ello, aquí en la radio y TV nos exponían a esa música, pero tristemente no es popular; pero también, el reconocimiento del alma, el hecho de que sienta que he estado expuesto a esto en una situación de mi vida pasada, quizás en muchas vidas pasadas. Creo que esto es lo que yo traigo. Estos dos estilos juntándose en mi música.
E: Ahora que mencionas tus vidas pasadas, escuché tu álbum de meditación. Desde tu perspectiva, ¿cuál es el vínculo entre la música y la meditación?
P: Para mí la música es una meditación. Crearla es una meditación, escucharla es una meditación. La parte física de crear sonido es un vehículo, debajo de ese vehículo está la intención, y la intención viene de aquí [se tocó el corazón]. Existen dos facetas de tocar de esta forma ahora. Una es pensar que me conecto al cielo, o al inconsciente colectivo si así lo prefieres, y me quito del camino, mi personalidad se quita del camino, y tan sólo permito que la música venga a mí y salga por la flauta. Hasta hace poco eso todavía pasa, pero ahora el proceso ha evolucionado, y como he estado haciendo esto por mucho tiempo, la música viene de mí el 99% del tiempo, más allá de quitarme del medio.
E: Increíble.
P: Es composición espontánea. No es improvisación, lo cual es diferente porque cuando improvisas, como en el jazz o tienes variaciones de tema en música clásica, tienes algo establecido, de donde desarrollas y desarrollas, embelleciendo la idea y creando otra pieza de ahí. La diferencia es que yo empiezo en un punto, llego a un centro y tiene un final. Es composición, muy diferente al jazz. Aunque es jazz no es jazz.
E: Me hace todo el sentido ponerle nombre a eso porque es diferente tener un esquema de trabajo y una estructura. Ahora que lo conceptualizas y lo visualizo, creo que si todos los músicos pudieran hacer eso le darían sentido a lo que hacen.
P: Exactamente. El punto es que tiene estructura y arquitectura todo en sí mismo. Debes confiar en que todo será perfecto porque, bueno, lo es. También tiene que sostenerse junto a lo que es considerado música. La siguiente parte del proceso cuando estoy grabando y demás es, de hecho, sentarme ahí y considerar las piezas con cuidado y preguntarme a mí mismo “¿esto, musicalmente, tiene sentido? ¿esta música se sostiene con mi escrutinio musical, como si de verdad yo me hubiese sentado a trabajar en ella?”. Esta música tiene que estar igualmente estructurada y ser tan profunda como la música en la que te tomas considerando minuciosamente por horas y horas.
E: Como una meditación.
P: Por esto el aspecto meditativo es tan importante. Te daré la idea espiritual de ello. En la mano izquierda todo es caos y es loco y fuera de lugar y no hace ningún sentido, es básicamente mierda. En la otra mano, el Universo está en perfecto orden, todo está en su lugar, todo es como es y como debe de ser, como sucede, y es perfecto. Entonces, tú sostienes estas dos ideas paradójicamente opuestas al mismo tiempo, y mientras las tienes, caminas al centro de ellas.
E: Después de 50 años tocando tal vez puedas poner en palabras cómo encontraste tu propia voz a través del instrumento.
P: Extrañamente, comencé con mi propia voz. Después, fui a la Guildhall School of Music, en Londres, donde querían que me conformara con una forma de tocar, lo cual me parecía muy rígido. Ellos insistían en que yo tocara la música clásica europea en el estilo correcto y, como músico de jazz, fue muy fácil fingirlo porque es un estilo y eso es todo lo que es. La música clásica europea es un estilo y uno pequeño, aunque sea difundida por todo el mundo, y todos juzguen la música por ello. Quiero decir, el jazz es un estilo gigante y es fenomenal a lo largo del mundo. La música árabe es enorme, Las orquestas europeas crecieron a partir de ahí. Las músicas irlandesa e hindú también son enormes; tienes la japonesa, brasileña, china. En la cubana, la flauta es su elemento folclórico. La esencia o base de la mayoría de la música es flautas y baterías, y la flauta es el centro.
La voz de la flauta que tengo es debida a estas influencias que yo ya tenía. Comencé tocando desde el punto vista creativo de “quiero sonar así”, una voz en mí. Lo que hecho a través de los años es permitir que esa voz se vuelva madura. Es tan sólo experimentación todo el tiempo, encontrar técnicas para expresar, acentos, mucho pensamiento analítico. Todo eso viene del oído pero también de aquí [Paul se toca el corazón]. Y no sólo eso, también tiene que ser en el piccolo, la flauta de concierto, baja, flauta china… sí, muchas otras flautas. La belleza de tocar es que es interminable.
E: Es gracioso cómo los músicos de jazz siempre van contra lo biológico. Lo natural para cualquier hombre es sentir miedo de lo nuevo, pero ustedes siempre buscan lo nuevo y se maravillan con ello. Así deberíamos guiarnos por todo.
P: Absolutamente. Nada está en una caja. ¡Salte de la caja! Te mantiene fresco, te inspira, desde un sentido de vista de imaginación e intuición.
E: ¡Paul! Una cosa que me hizo pensar: “Paul será mi amigo”, fue cuando leí que te inspiras, entre tantas cosas hermosas, también por Monty Python y The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy, ¡son mis favoritos!
P: Creo que todo es gracioso. Me encanta el teatro del absurdo y amo ese tipo de locura paradójica de todo porque sí es loco. La realidad que vemos alrededor de nosotros es una ilusión y una vez que puedes ver a través de eso, entonces lo que la gente hace es ridículo y tonto. Si entonces puedes reírte de todo eso e incorporarlo en lo que haces, es maravilloso. Monty Python es observación social, absurda y tan sólo nos presenta la estupidez de nosotros mismos. Y The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy tiene mucho de cierto.
E: 42, ¿cierto? [broma interna para los que hemos leído The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy]. Supongo que es por todo esto que tu mantra personal es “Escucha, observa, siente y haz”, ¿cierto?
P: Cuando voy a otro país, estoy super consciente de todo porque experimento todas las cosas nuevas como una hiper realidad y soy hiper sensitivo de la novedad de todo; lo que intento hacer al tocar es mantener ese sentido vivo siempre.
E: ¿Cuál es la parte más divertida de tu carrera?
P: La mayor parte de todo es el camino del descubrimiento. Todo el recorrido, cuando toco con gente y cuando estoy enseñando. No les digas, pero en realidad no enseño. Lo que hago es señalar a la gente la dirección hacia sí mismos para que ellos sean responsables de su propio aprendizaje. Yo sólo les digo: “¿has pensado esto? ¿has pensado en aquello?”. Les hago saber mis observaciones. “Tal vez intenta esto, tal vez aquello”, porque eventualmente vas a descubrir algo por ti mismo. Sin eso no vas a aprender nada.
E: Has tenido muchas colaboraciones. ¿Puedes mencionar las que más hayas disfrutado?
P: ¡Todo! Todas han sido increíbles porque es como si cada colaboración fuera parte de una pintura que estoy haciendo, así sea árabe, hindú, clásica, jazz, todo eso, ellas me brindan aspectos de mí mismo. Pero puedo decir que la banda Seven Changes, cuando estuve en México, fue probablemente la mejor en la que he estado. Con Oscar González, Ariel López, Roger Nuncio, Hernán González, nosotros cinco, era tiempo mágico.
E: ¿Cómo describirías la música que estabas haciendo con ellos?
P: CuBritMex.
E: Estoy Segura de que Oscar hubiera amado escuchar eso.
P: Oscar fue una de las personas más maravillosas y raras que he conocido. Le sucedió ser guitarrista pero también un gran músico y una gran persona. Pero también lo eran todos en la banda. Fue extraordinario encontrarnos. Uno de los grupos de gente más satisfactorios con los que he trabajado.
E: Me emociona esto. Extrañamos mucho a Oscar. ¿Cómo te sientes al ser parte del Festival de Jazz Nuevo León 2021?
P: Fabuloso [dijo en español]. Todo mi tiempo en México fue fantástico. Amé estar ahí y yo estaría ahí si pudiéramos viajar si no fuera por esta terrible situación pandémica. Pero, afortunadamente, el próximo año estaré ahí.
E: ¿En qué trabajas ahora mismo?
P: Whereness. Es un álbum con Ansuman Biswas (tablas, waterphone, voz, cuerdas) un músico increíble de Bangladesh, temenos a Alistair Zaldua (violin eléctrico) y Maureen Wolloshin (oboe y corno inglés). Está en todas las plataformas.
Mi amiga Annie Carford está haciendo videos de cada track. Si vas a mi canal de YouTube verás tracks de Whereness que ella ha sacado hasta ahora. Cuando lo completemos vamos a presentar todos en un video, como un show completo en sí mismo, en ceremonias y todos lados.
También, Tingbao es un podcast que se lanzará el 1º de octubre en China, y Dreamsailors es un show que haremos desde aquí en vivo para ello. Hay muchos proyectos en los que estoy trabajando. También hago música para TV y trabajo con el compositor Dominik Scherrer, con quien recientemente hice una serie llamada The Serpent, para la BBC y Netflix.
E: ¿Hay algo que te gustaría agregar a esta conversación?
P: Ha sido un gran placer y un gozo compartir lo que estoy haciendo contigo y con toda la gente de México. Hay que seguir Adelante, celebrar la memoria de Oscar lo máximo posible. Inner Silence Project de Roger Nuncio también viene de un proyecto que Oscar y yo hicimos con él, porque él añadió todas las percusiones. Ahora ha tomado y desarrollado ese Proyecto. Estoy encantado de trabajar y que todos hagan lo que están haciendo. ¡Viva!