Preferir forma que fondo… una vez más

Por: Estefanía Romero

Unos meses antes de la pandemia, presencié por última vez a Dannah Garay en vivo; al momento pensé “con el paso de los años Garay parece cantar cada vez peor”, pero no escribí al respecto porque durante mucho tiempo he asumido que ella está en un periodo formativo y vaya que el jazz no es tarea fácil. No obstante, en el contexto de un festival “internacional” de jazz, se asume que las cualidades de la artista estarán por encima del resto de los del país; se contempla también que cuando los presentadores del evento insisten en que se trata del “festival de jazz más importante de México”, la calidad va a desbordar por cada concierto, o que se cumplirán con los lineamientos mínimos de la talla que el evento presume.

 

 

Con esto en mente, las desafinaciones constantes, falta de proyección y precaria capacidad improvisativa de Danna Garay, la cantante demuestra una vez más que sus intenciones al subirse al escenario son otras de las musicales, que la misma no ha logrado tener una buena guía musical… o que simplemente no tiene talento; y no me malentiendan en este punto porque una persona sin talento, pero que trabaja mucho, puede lograr grandes cosas. También se pone de manifiesto que los organizadores del FJRM descuidan el fondo de su oferta musical, por confiarse en la forma… en la apariencia.

Insistiré en la proyección porque este es un tema fundamental de cualquier instrumento. Fijémonos en los grandes vocalistas cuando ejecutan un tema de carácter íntimo, o de aparente volumen bajo; dichos personajes dirigen el sonido hacia fuera de sí con una pronunciación perfecta, no como si estuvieran en una cabina telefónica para que nadie les escuche. Dannah se mueve con sensualidad, pero canta con miedo, hacia adentro; si a esto le añadimos la carencia de dicción y articulación entre los deberes que la musicalidad exige y la proeza poética en el contexto de la canción, podemos imaginarnos el resultado. Además, Garay no sabe interactuar con el micrófono, sus cambios de volumen no tienen control, por lo que distorsionan los intentos de hacer navegar su voz entre instrumentos; esto jamás le sucedió a Kurt Elling o a Bria Kornberg en el mismo festival.

 

 

Es admisible mencionar que para esta presentación dentro del RMJF, se notó que Dannah practicó mucho su material con el fin de que las frases no se le cayeran en términos de afinación o ritmo, y lo logró en ciertas partes, o en unas piezas más que en otras, pero no por completo.

Más aún, ¿qué es un concierto de jazz sin personajes de fuertes cualidades improvisativas? Por las pocas aportaciones que se manifestaron en ese rubro y por la manera en que Garay las expresó, pareciera que también las ensayó y que temía mucho llevarlas a cabo.

 

 

Este concierto en realidad se hizo de los buenos músicos alrededor de la cantante, quien padece de falta sensibilidad para escuchar lo que ocurre a su alrededor y, por ende, de crear una conexión o una atmósfera. Entonces, cuando sus acompañantes lograban algo, ella lo echaba para abajo. Así, nos enfrentamos a momentos incómodos y a un show inconsistente que, en términos del performance vocal no tuvo gran diferencia con lo que haría cualquier otra persona en un karaoke informal. Esto es de lamentar porque el material compuesto, aunque hecho de puros clichés, pudo funcionar para cautivar públicos poco conocedores. La verdad es que lo rescatable en realidad fueron las improvisaciones por fuera de las acciones de Garay.

Quiero insistir en algo: he escuchado a Danna Garay en muchos conciertos y jams. Todo lo que aquí expongo es algo que ella lleva haciendo desde hace años. Es preocupante presumirla como “nuestro talento mexicano” cuando logras a un Kurt Elling en tu alineación. México desborda de intérpretes bien preparados y preparadas, que conocen bien el lenguaje del jazz y controlan sus técnicas, ¿por qué no darles a ellos o ellas la oportunidad? ¿Por qué siempre es necesario poner una mujer cantante al frente, aun cuando esta no cuenta con los requerimientos musicales mínimos necesarios?