Celebrando a Roberto Aymes
Por: Estefanía Romero
“Cambié completamente mi vida…”, comentó Roberto Aymes Blanchet, con profunda calma y un brillo en los ojos.
Con esta frase comenzó nuestra entrevista, la cual, debido a su profundidad, he decidido revelar en partes. Hoy pongo en manos de mi lector el fragmento que representa un homenaje y una celebración por lo que son ya 50 años de carrera como jazzista, para quien es muy conocido también, desde 1978, por su papel como locutor y productor del programa de radio más longevo en materia de jazz en México: “Panorama del jazz”.
¿Qué tuvo que haber pasado para que un mexicano que nació en 1951 haya podido dedicarse a esta profesión?
Te invito a estar pendiente de nuestras siguientes entregas, donde Aymes nos platica
cómo ebullía el jazz durante los años 70 en la ciudad de México;
así como sus pasos como escritor de jazz,
y heredero y continuador, ya por décadas, de lo que es el histórico “Panorama del jazz”.
Esto es lo que ocurrió aquel lunes 1 de abril, 1974 (déjà vu?). Voz de Roberto Aymes Blanchet:
…Desde muy niño tuve tendencia hacia la música. La época de la que vengo tenía un muy buen ambiente musical, mis padres tenían buen gusto musical; mi padre tocaba, no profesionalmente, pero tocaba el piano. Siempre, en las reuniones de la familia de mi mamá, que era más grande que la de mi padre, había quienes cantaban a voces, quien tocaba la guitarra, era muy atractivo eso. Con el paso del tiempo, me convertí en músico de rock, desde los 12-13 años, o antes, ya tocaba instrumentos; la pasión por esa música fue lo que más me impactó, para después llegar al jazz.
Todo ese bagaje me lo dio el vivir temporadas grandes en Estados Unidos, porque parte de mi familia vivía en la parte de California, hasta el estado de Washington, es decir, la Costa Oeste; y eso me dio acceso a saber música a temprana edad. En México había buenas clases de música en las escuelas, hoy en día no existe nada de eso; había buenos maestros. Tuve inquietud un tiempo de ir un tiempo al Conservatorio Nacional de Música para estudiar percusión, inicialmente yo quería ser baterista de rock; pero las percusiones sinfónicas eran una cosa totalmente diferente, inesperada para mí, que me enriquecieron muchísimo en todo mi sentido musical.
La cuestión es que posterior a la adolescencia, regreso de Estados Unidos y las familias [en México] no veían bien, creo que es un común denominador todavía, no entienden que alguien de los hijos se dedique al arte. Siempre era muy común la pregunta “¿a qué te dedicas?”, soy músico, “no no no no no, pero, en realidad, a qué te dedicas?”, eso es clásico. Creo que no ha cambiado mucho, por desgracia. Yo estudié una carrera que me apasiona mucho también: la psicología. Ya estaba yo trabajando como pasante de psicología, estaba estudiando la carrera y tenía un muy buen trabajo en una empresa transnacional, muy buen puesto, ganando buen dinero, me casé muy joven. En lugar de salir con los amigos los viernes, que era lo común de las oficinas, yo no era de eso, tenía mucho que estudiar, atender a mi familia, tenía un hijito, me dedicaba más bien a lo mío, pero sí me gustaba mucho reunirme con amigos para tocar música. Yo tocaba la guitarra, tocaba el bajo eléctrico. Me había comprado un contrabajito de esos de palo, sin ser bueno para nada, pero yo tocaba en eso.
Un amigo, hijo de canadiense y norteamericano, me convenció de ir a un programa de [músicos] aficionados que hacía una estación de radio en la CDMX, Stereo VIP (por cierto, es el mismo cuadrante que tiene en la actualidad Horizonte, 107.1); en el programa hablaban inglés, como yo que me eduqué en los dos idiomas, tenía esa facilidad. Fuimos a hacer música country, & western. Le dije a este amigo “pero yo me voy a llevar el contrabajito en lugar de la guitarra para hacer cosas de James Taylor, música tipo country & western”, que siempre me gustó, es música muy bonita, la de Nashville, los Apalaches… el bluegrass.
Al finalizar ese programa de radio, que duraba una hora, se acercó a mí alguien que me impactó, muy bien arreglado, hablando inglés británico; resultó ser un gran músico, Bill Doherty, que había tocado con Stan Getz, con muchísimos músicos en Inglaterra, en su juventud, pero era el segundo secretario de la Embajada de la Gran Bretaña, aprendía cosas culturales, era aficionadísimo, pero tocaba extraordinariamente bien el piano. Me dijo “oye, ¿no te quieres quedar después de los programas que hacen de aficionados? Nos quedamos un grupo de amigos, tres norteamericanos y yo, para hacer música de jazz”. A mí me gustaba el jazz, siempre estuve cerca, me apasionaba esa música, pero nunca la había tocado y me convenció que me quedara. Eso fue maravilloso para mí, era en Camino Real (en la colonia Anzures, en CDMX), un lugar que se llamaba La Cantina, ya no existe. Se convirtió en mi desfogue. En ese entonces, poquito después de más de año y medio de estar yendo todos los jueves, me puse a estudiar con el que era primer contrabajo de la Orquesta Sinfónica Nacional, un hombre maravilloso, de origen alemán, Klaus Edling, super bajista también.
En fin, ya me estaba preparando para hacer eso de los jueves, disfrutar, y un día, casi casi a los dos años, se acercó a mí quien contrataba para la cadena Western International, a donde iba todos los jueves, me dice “tú eres el único mexicano, aquí, ¿verdad? Es que gusta tanto lo de los jueves, que el jefe de los hoteles Western quiere que haya un grupo de jazz, mejor que te quedes tú, ¿por qué no llamas amigos?”. Para mí, fue mareador eso, yo no lo pensaba. Yo tenía un buen trabajo como psicólogo, mi pobre esposa [dice en todo de broma]… era de familia de artistas también, porque su hermano fue mi primer pianista, Javier de la Cueva, más reconocido en el rock que en el jazz, pero es un gran pianista de jazz también. Lo convencí de que entrara. Llamó inicialmente a un baterista, que era de Chiapas, Humberto Flores Chala. Entramos un 1 de abril, que casualmente era un lunes, igual que va a ser este lunes, es una especie de déjà vu después de los 50 años, se repite.
¡Entré! ¡Entré a trabajar! Lo recuerdo tan fresco, mi entrada como músico de jazz. Y en un club de jazz. ¡Se convirtió en un club de jazz! En ese entonces, en Camino Real, enfrente de donde estaba La Cantina, que era un club de jazz abierto, estaba uno privado que se llamaba El María Bonita, en donde estaba Mario Patrón, el gran pianista, con quien después también trabajé.
Yo tenía 22 años. Estaba muy joven. Inicié como líder de grupo. Después de este baterista de Chiapas, que no pudo seguir, entró Juan Ramón II (realmente se llama Juan Ramón Sordo, pero se puso “Segundo” en honor a su padre); me sorprendió yo que pudiera ser jefe de esos maravillosos dos músicos, casi tres años estuve. Llegó un momento en que ya no teníamos día de descanso, inicialmente era de lunes a sábado, con cuatro turnos, de las 8 a las 12 de la noche, y terminó siendo los siete días a la semana. Gustaba y funcionaba económicamente, como el jazz es muy atractivo, sobre todo para turistas que llegaban a ese hotel.
Empecé, con Javier, tocando las raíces [del jazz]. Yo ya venía de dos años de entrenar con estos maravillosos músicos. El pianista británico, estaba un clarinetista que era director de Reynolds Wrap, una empresa muy grande también norteamericana en México, Earl Brandon se llamaba, ya murió. El baterista, que era uno de los jefes más importantes de una empresa que se llamó Mayatex, que hacían textiles en el sureste, con el henequén. Y el bajista que originalmente iba era un excelente escritor que se llamaba Fred Clarke; por eso me pidieron que me quedara yo, porque Fred Clarke era tan exitoso en la literatura, novelas y otras cosas, que andaba de gira todo el tiempo, entonces ya me quedé yo.
Con el tiempo Javier ya no pudo seguir. Hice unos arreglos para unas chavas norteamericanas, Jeanny Nelson y María Rodríguez, estaban actuando en el Salón Capri del Hotel Regis, que se cayó con el terremoto, era un lugar extraordinario para shows; ahí conocí a Carlos Portugal, excelente pianista, ya con otro concepto, muy apegado a la idea de Bill Evans.
Después de estar un tiempo Carlos, llegó Memo Mendez Guiú, gran músico que venía de estudiar en una universidad de los EU, es hijo de la gran actriz Emilia Guiú, ya murió su mamá también, pero extraordinario pianista, arreglista, productor musical. El tiempo que estuvo, cambiamos la escena musical de ahí.
Retomé mucho con el grupo cosas de Chick Corea, Herbie Hancock, Weather Report. En ese momento conocí a Eugenio Toussaint muy jovencito, él no quería ser músico profesional, pero yo lo convencí después de escucharlo varias veces. Fue su primer trabajo profesional ahí. Mi proyecto siempre se llamó Blue Note, Blue Note Trío. Posteriormente, después de varias facetas, se convirtió en cuarteto, con Alejandro Campos, otro maravilloso músico, Eugenio ya falleció, ya no está con nosotros.
El primer disco que saqué con ese grupo fue el primer disco que se hizo en México de manera formal, con un sello [Discos NCL, fundada en CDMX en 1974] que hacía realmente jazz. Anteriormente esos se grababan en Muzart, Orfeon, CBS, qué sé yo; pero aquí [con NCL] se abrió con nueva cultura latinoamericana una serie estrictamente de jazz; donde estuvieron después incluidos Irakere, Paquito D’Rivera, Afrocuba, inclusive Niels Pedersen, el gran contrabajista danés; el segundo grupo que salió era El Méndez Trio con Memo Méndez Guiú, con Andrew Estevané y Oscar Rotrey; en fin, se hizo una historia importante a partir de eso.
En el interín empecé a trabajar con todos los músicos anteriores a mi generación, con Mario Patrón, Chilo Morán, Tino Contreras, con todos llegué a tocar.
Antes de que llegaran los 1980, hice mis primeros viajes gracias a un gran amigo que conocí por casualidad, un gran trompetista de Nueva York, Richard Williams, que había tocado con Fat Jones, Thad Jones-Mel Lewis Orchestra, Charlie Mingus, Gil Evans en su orquesta… me quiso llevar a NY, le encantó cómo tocaba yo. Tuve mis primeras experiencias tocando con infinidad de músicos importantes en la escena, el jazz principalmente americano [estadounidense].
Me dieron la oportunidad de ser conductor y productor de un programa extraordinario, que empezó desde 1959, con Juan López Moctezuma; y, desde marzo del 1978, lo produzco, lo conduzco, son cinco horas a la semana. Todo eso se fue juntando.
Hice posgrados, estudié en la Escuela Nacional de Música. Me recibí. Estudié con un gran maestro en Veracruz, Andrzejv Kalarus, un polaco, el primer bajo de la Sinfónica de Xalapa. Yo lo conocí en CDMX a través de otro pianista, posterior a Eugenio Toussaint; extraordinario pianista que vive en Xalapa: Alejandro Corona. Me lo presentó. Qué te puedo decir. Ese es uno de los mejores 20 contrabajistas del siglo XX de este instrumento. Aprendí todo. Yo viajaba a Xalapa (por casi dos años), antes de llegar a los años 80. Iba y regresaba. Yo tenía trabajo aquí en México, porque posterior a Camino Real, llegué a un lugar que se llamaba Musi Café 2, y después se llamó New Orleans Jazz Club.
Pero en 1978 hubo muchos cambios. Alejandro Corona se fue a Alemania a hacer sus posgrados y yo me quedé desamparado en el sentido… ¿con quién hago las cosas aquí? Porque ubicaba gente de ese mismo nivel, que tuviera esa apreciación. Fue cuando yo decidí, por una invitación que tuve, como maestro, a hacer cursos de verano en lo que fue Yugoslavia; estuve cinco años, regresando, conociendo todo el movimiento europeo, empapándome, conociendo infinidad de músicos; tuve la oportunidad de hacer una maestría en Polonia.
En mis idas a Xalapa también trabajé con la OSX bajo la tutela del maestro Herrera de la Fuente. En Europa también trabajé con músicos académicos, es parte de mi vida, lo tomé en serio. Yo siempre he pensado que la buena música es una, como dijera Miles Davis, porque la otra no existe, la mala música no debería existir. Uno de mis discos se llama Bridge (Jazzcat Records 1998), donde reúno gente de la música académica junto con músicos de jazz. Yo estoy muy cercano a mi amigo Claude Bolling, en ese concepto de unir esos dos idiomas musicales.
También he trabajado con músicos comerciales, aunque toda la música es comercial si la sabes vender, también me llena de orgullo. Trabajar con José José, Lupita D’Alessio, Luis Miguel, Liza Minelli, Sami Davis Jr, Raphael; ser productor, arreglista…
Primero hay que ser músico, músico preparado, ya después eliges tu especialidad: jazz, rockero, sinfónico. Si no se es músico primero no se puede llegar a nada. Quizás hoy en día ha cambiado mucho todo esto porque las grabaciones ya se hacen en fragmentitos y se acomodan los instrumentos, o a las voces ya les dan hasta la afinación y todo eso. Pero yo crecí en un momento en que sí había reales voces en los artistas populares. Yo grabé con orquesta sinfónica, por ejemplo, para cine, contra imagen; es una de mis especialidades en composición que hice en NY, componer para filmes. Hice infinidad de jingles en México y en los EU.
Eso ha sido mi pasión en la música. Creo que con cada uno con los que he trabajado, Chick Corea, Chet Baker…, me ha dejado algo muy importante. Alguno inclusive hemos tenido amistad, no con todos, pero he aprendido de todos con los que he tenido la oportunidad de estar cerca.
Para mí, el jazz es la música clásica del siglo XX y XXI; es la que más experiencia, la que más permite que músicos desarrollemos creatividad. Aunque muchos de los que aman la música de vanguardia, la música contemporánea, se podrán quejar de esto; la verdad es que el jazz ha llegado a muchas más cosas, ha llegado a cambiar los rangos de los instrumentos, crear nuevas posibilidades rítmica, hay muchas cosas que ha hecho el jazz.
La música académica ha nutrido el jazz y el jazz ha nutrido más al jazz, eso lo sabemos desde el siglo XX hasta la fecha.
Acérquense al jazz. Sería un privilegio contar con más seguidores. Permitan a quienes hacemos jazz, a lo mejor a mí ya no me toca eso, pero a las nuevas generaciones, ¡vivir de la música de jazz! Que las instituciones, como lo hicieron en el pasado, apoyen al jazz, que salga al extranjero, que se pueda ver. Recuerdo estar tocando en Filipinas, en un festival de jazz, y me dijeron: ¡Es que su jazz se oye muy mexicano! Y, ¡eso me llenó de orgullo!, porque ellos lo notaron, había un saborcito mexicano de lo que estábamos haciendo en esta música de jazz. Los mexicanos, aunque no estemos tocando huapango en jazz, le damos esta inflexión muy mexicana.
Te invito a estar pendiente de nuestras siguientes entregas, donde Aymes nos platica
cómo ebullía el jazz durante los años 70 en la ciudad de México;
así como sus pasos como escritor de jazz,
y heredero y continuador, ya por décadas, de lo que es el histórico “Panorama del jazz”.
Puedes escuchar Panorama del jazz, en 96.1 FM, de lunes a viernes, de 7 a 8 de la noche, hora de CDMX, o a través de www.radio.unam.mx, donde también puede acceder a los miles de programas grabados en ahora forma de podcasts.
Te invito a explorar más de la música y del recorrido de este artista, en su página oficial: http://robertoaymesmusic.com
(Algo de la) Discografía de Roberto Aymes Blanchet
Como líder:
- Roberto Aymes y su Música. En Vivo-Live. Jazzcat RA026
- Roberto Aymes y su Música. 45 años en el Jazz. Jazzcat RA025
- Kattmosphere ‘Roberto Aymes & Friends in Germany’. Dirx LC 15740
- JazzSones y DanZones. Dueto con el pianista Jaime Reyes. Jazzcat RA024
- Duke Ellington’s Legacy. Varios Invitados. Jazzcat RA023
- Panorama del Jazz 25 años con Roberto Aymes. UNAM-D.C.
- Sancho Brothers Inc. Popcat-Jazzcat RA021
- Little Jazzcats. Jazzcat RA020
- Bolero Mood / Jazzcat RA019
- Roberto Aymes & Freddy Noriega. Jazzcat RA018
- Aqüstrio. Jazzcat RA017
- Downtown Scales. Jazzcat RA016
- Anthology. Vol. 2 & 3. Jazzcat RA013
- Moddal Sexxxtet. Jazzcat RA012
- Roberto Aymes & Carla White. Jazzcat. RA011
- Home Again. Roberto Aymes in Canada. Jazzcat RA005
- Reencuentros with Iraida Noriega / Jazzcat RA004
- Bridge (classical works). Jazzcat RA003
- …de corazón latino (Latin Jazz Quintet ). Jazzcat RA002
- Anthology. Vol. 1. Schnabel-Jazzcat RA001
- Sin maquillaje. Jazztaz PFO485
- Jazz Mexicano. Vol. 2. Bayer 003-004
- Jazz Mexicano. Vol. 1. Bayer 001
- Cuarteto Blue Note. Nueva Cultura NCL014
Con otros artistas:
- Privilegio. Con Salvador Merchand. Urtext
- Compartiendo Jazz. Con Heberto Castillo. SUTM
- LATIN POINT OF VIEW. Vol. 3. Varios artistas. Publicado en Australia.
- LATIN POINT OF VIEW. Vol. 2” – Varios artistas. Publicado en Australia
- I Remember Chilo. Joe d’Etienne “JD” CD 001
- LATIN POINT OF VIEW. Varios artistas. Publicado en Australia
- “Paréntesis” Mandrágora. E. Vázquez. Jazzcat RA022
- Freddy Noriega with Roberto Aymes Trio. Jazzcat RA018
- Statements. Ursel Schlicht & Hans Tammen. Jazzorca Rc. 014
- Carla White in Mexico with Roberto Aymes Trio. Jazzcat RA011
- Recuento. Con Betsy Pecanins / Milan MID0108
- Portales de madrugada. GLM ST-0957
- Jazz a la mexicana. Varios artistas. Global GE2236
- Expresiones. Prodfon PF1406
- La eterna desventura. Con Margie Bermejo. Pentagrama -P034
- Betsy canta el blues. Con Betsy Pecanins -Warner Brothers
- International Jazz Junction. Como artista de la Federación Internacional de Jazz / Jugoton LSY224
DVD’s y Videos:
- Art Latin Jazz. Trio & Sextet. Jazzcat RADMO
- JazzSones y DanZones. Con Jaime Reyes “D´Polak.
- Serie Esta Noche Jazz: “Todos Juntos” y “Roberto Aymes”. Ganador del Emmy Award en 1996 y 1997.
Publicaciones:
Aymes, R. (2009). Panorama del Jazz en México durante el Siglo XX . LUZAM: México.
Aymes, R. (2008). Viaje al Fondo del Jazz. Coloquio memoria. START-PRO.