Miguel Almaguer: lo que implica pararte frente a una orquesta

Por: Estefanía Romero

Miguel Almaguer es uno de los artistas mexicanos más reconocidos hoy en día. Más allá de sus últimos grandes proyectos, como la dirección de la Orquesta de Cámara de la Ciudad de México, o su colaboración al frente de “Amor y pasión”, la última gira de Il Divo en México, su trabajo como compositor, sumado a su desenvolvimiento como músico y crítico de arte, hacen de este artista uno de los mejores exponentes e impulsores de la belleza en nuestro país.

Aquí les muestro los resultados de mi entrevista con el maestro Almaguer, a quien agradezco por su tiempo, apertura y magníficas opiniones.

Más compositor que director

“La razón de convertirme en músico: la música cinematográfica. Desde mis inicios en la música yo quería hacer música para cine y componerla, esa es mi pasión, es en lo que se encamina la mayoría de mis estudios. El pensamiento, la manera que abordo la música cuando dirijo es desde la perspectiva de un compositor”.

Director joven

“Es relativo decir eso de “director joven”, porque sí, la imagen que se ha vendido durante la gran mayoría del tiempo ha sido la de un director viejito, recordamos un Leopold Stokowski en la película Fantasía ya como un hombre maduro, pero directores jóvenes ha habido toda la vida, aunque siempre se les recuerda en su etapa ya madura, que es cuando realmente tienes algo que ofrecer como director. Lo más importante es esa visión, esa experiencia que te da el trabajo a largo plazo.

¿Un ascenso rápido? Son 20 años de hacer música, 15 dedicados al estudio y a la composición, a entender el fondo y forma del quehacer musical, sus estructuras, el plasmarlo, el llevarlo cada vez a más expresión. Y en los últimos años en llevarla al público de manera interpretativa a través de las orquestas, pero pararte ahí enfrente de una orquesta implica muchos años de trabajo que la gente no ve”.

 

Foto por: Alfred Jean Rosa II

Fascinado por el cine

“Consumí mucho cine en mi infancia, también consumía muchos documentales y lo que me había ganado eran las ciencias, en particular las ciencias biológicas, y muy específicamente el campo de la paleontología, el cual yo ya había decidido que iba a ser mi vida.

Cuando cumplo 12 años, me llevan a ver al cine Parque Jurásico, y salí del cine vuelto loco. La analizaba y me preguntaba qué podía emocionarme tanto de ella. Me di cuenta de que gran parte de este efecto tenía que ver con la música de esta película, era la que hacía que mi lado emocional pudiera incluso anular el lado racional y pudiera vivir esa experiencia cinematográfica y es cuando dije yo quiero hacer eso: Que la gente pueda acceder, tocar, sentir cosas, que estén fuera de la vida ordinaria. Así decidí que lo mío iba a ser la música, y que iba a hacer música para cine.

No sabía absolutamente nada de música. En mi casa no somos una familia artística… no hay ningún otro músico cercano”.

Los magníficos culpables

 John Williams, obviamente. Para empezar fue el primero que me hizo notar la música como algo especial y esencial en mi vida, también después me di cuenta, es el mismo tipo que hizo E.T., que vi a los cuatro años y me encantaba, es el mismo que hizo Indiana Jones… Mi primer pasión fue precisamente John Williams.

El segundo gran descubrimiento fue Ludwig Van Beethoven, fue como descubrir un mundo nuevo y sigue siendo. Su obra es realmente titánica. Empezar a tocar algunas piezas en el piano fue muy grato.

El siguiente gran salto se da hasta que descubro a Silvestre Revueltas. Fue una forma de decir, ‘ah, mira, se puede ser mexicano y se puede ser universal’, ¡este tipo lo hizo!

Hay un músico muy importante en mis años de formación, Radko Tichavsky, que es mi maestro. Fue una influencia no únicamente musical, fui su discípulo. Me enseñó a construir mi propio camino”.

Proyectos actuales

“Como compositor, estoy ahorita en una etapa de reconstruirme, reevaluarme en lo que he estado haciendo. Ahora pienso muchísimo más en cómo obtener resultados de los músicos, mientras que antes pensaba únicamente en cómo obtener la música. Estoy en una etapa de juntar ambas visiones y poder hacer algo más eficiente.

Estoy volviendo a tocar piano, que es algo que no había hecho de manera sistemática desde hace un tiempo, y estoy empezando un proyecto para ayudar a que la música clásica realmente esté más cerca de las audiencias”.

El gran objetivo de Miguel es compartir y contagiar su amor por la música: “Estoy escribiendo y estoy iniciando un video vlog para compartir esta visión y que les interese cuando menos probar”.

Impacto de la música clásica en los mexicanos

 “La música clásica ha cometido errores muy grandes que la separan de la sociedad, no solamente en la sociedad mexicana, en general.

¿Cuáles? Es duro, pero hay que aceptar que se volvió elitista; le preocupó muy poco estar en contacto con las audiencias; no supo adaptarse a cambios históricos, y con esto no me refiero a que la música clásica tenga que dejar de ser música clásica en cuanto a esa adaptación, pero sí le faltaba estar más en contacto con lo que estaba pasando y con las necesidades sociales que había alrededor; y sobre todo, se olvidó a sí misma.

La música clásica, la mayoría de tiempo de lo que ha existido no ha sido la música clásica que conocemos; la música clásica durante el periodo de vida de todos los grandes autores fue contemporánea. De repente, la música clásica se volvió un mausoleo de grandes figuras y en ese momento dejó de tocar muchas cosas que había tocado durante la mayoría de tiempo de su existencia.

Entonces, la música clásica ha cometido grandes errores que ciertamente la hacen irrelevante para la mayoría de la sociedad. Yo no creo que lo sea, yo creo que tiene mucho que decir y compartir, pero la forma en que se ha estado haciendo durante muchos años no es la indicada”.

El gran problema es cuando el mercadeo se mete en asuntos del arte. Es algo que tiene que existir, nuestra sociedad está principalmente enfocada a funcionar a través del marketing; pero, cuando el arte deja de proponer artísticamente, para sucumbir a las reglas del mercadeo está dejando de hacer su función. Debería intentar romperlas, debería proponer alternativas, debería hacer muchas cosas que están dentro de la función del arte.

El público mexicano recibe la música clásica y el jazz muy bien. Me ha tocado llegar a muchos lugares, incluso pueblos pequeños, donde me dicen “no, es que la gente aquí no escucha música clásica”. Se organiza el concierto y está lleno, el público sale encantado. Yo siempre he encontrado mucha mayor resistencia en gente que promueve cultura que con lo que realmente sucede con las audiencias. La audiencia mexicana, dándose una oportunidad, y acercándose a ella de manera honesta, tiene todo para querer abrazar la cultura de la música de concierto”.

Foto por: Alfred Jean Rosa II

Reflexionar

“Generalmente se sataniza un tipo de música y se enaltece otro para nuevamente mercadearla ‘tienes que escuchar esto, y todo lo demás es malo’.

Me parece interesante reflexionar sobre los orígenes: desde que la música nace para llenar una necesidad del ser humano, nace para llenar varias. Cuando las tribus se reunían en sus rituales y había música, llenaban una necesidad dancística, una necesidad instintiva corporal, llenaban una necesidad religiosa, una de comunión social, intelectual, filosófica en la transmisión de conocimiento de la sociedad. Y conforme evoluciona la música estas necesidades se especializan y se separan: Hay música específicamente para bailar, hay música específicamente para socializar, hay música para transmitir ideas muy concretas, historias… Lo primero que hay que darnos cuentas es que necesitamos de todas y no está mal oír ningún género, lo que puede ser problemático es nada más oír un género.

En alguna entrevista en el pasado me preguntaban ‘tú como músico clásico debes detestar lo que sucede en el antro’, ¡no!, para nada, es algo que debe de existir, de algo que tal vez yo esté en contra es que sea la única opción. Básicamente es lo que quiero transmitir en general: hay opciones que necesitamos y hay que experimentarlas, hay que probarlas. En el caso específico de la música clásica no tiene que gustarte toda, hay de varios tipos. Incluso a alguien que le encanta el rock, no le gusta todo el rock, o a alguien que le gusta el pop, no le gusta todo el pop. Lo mismo va a pasar en la música clásica, pero tienes que buscar cuál es la música para ti”.