Por: Estefanía Romero
La voz entra despacio como una delgada cuchilla; en compañía, el contrabajo salpica ideas. Después, cantos se unen para crear lluvias. Esto es sólo el comienzo. Tras la introducción del álbum, Danilo Pérez, brillante como siempre, se incorpora con un feeling entre africano, latino y oriental, entrelazado a percusiones. El camino en adelante se torna una aventura de bosque, onirismo y poesía.
Secrets Are The Best Stories es un disco que oscila entre lo exótico, lo sexy, lo sombrío y la felicidad. Podemos apuntar que, más allá de sustentarse en composiciones y arreglos fuertes, también navega con una profunda estética narrativa: Elling agrega letras a obras de íconos como Wayne Shorter, Jaco Pastorius y Vince Mendoza. En adición a la propia literatura de Elling, el creador toma piezas de poetas contemporáneos, como Franz Wright y Robert Bly, E.W. Harper y la fantástica Toni Morrison (primera mujer afroamericana en ganar un premio Nobel).
Otro motivo particular de la obra es la preeminencia del silencio como ornamento; el cual es posible escuchar a través de los saltos estratégicos entre instrumentos y frases. La orquestación es profundamente artística, en parte por un gran recorrido cromático, así como por la latente ironía entre luz y oscuridad; además de una gran versatilidad rítmica, importante para el movimiento de dimensiones que la creación se propone sostener en todo momento.
Si bien, todo el disco es una maravilla, mi oído se fijó en algunos temas que quisiera comentar. A Certain Continuum, por ejemplo, presenta una melodía tan pegajosa que al escucharla te expones a ser perseguido durante días por aquellos brochazos del piano, frases laberínticas, pero siempre lúcidas. Como suelo decir, si una canción se queda contigo es porque algo lleva.
Entre las gratas sorpresas llega Beloved (for Toni Morrison), donde podemos apreciar creaciones de timbre y saxofón, por Miguel Zenón. Aquí, a momentos, se escuchan los años 60 en espacios de free jazz: toda una oda a la época de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos; mensaje todavía importante para los tiempos en que estamos parados.
Otra pieza que hay que necesito resaltar por su novedad es Song of the Río Grande (for Oscar and Valeria Martínez Ramírez), donde el Fender de Danilo simula un piano preparado (técnica para alterar las cuerdas con el objetivo de producir nuevos sonidos) como el que utilizó John Cage; pero Danilo no se limita, pues a las estructuras vanguardistas agrega fórmulas de su alma latina.
Casi hacia el final, el guitarrista brasileño Chico Pinheiro se luce con los timbres en su aportación a Esperanto.
Con este disco, Kurt Elling deja clarísimo una vez más que su arte es muy superior a lo que consideramos “normal”. Me explico: en la música popular de nuestros tiempos, me ha parecido que los cantantes tienden a ser desperdiciados, pues no utilizan su voz como verdadero instrumento, sobre todo para una época en la que la tecnología nos ha acercado nuevas herramientas para desdoblar otro tipo de juegos y agregar dimensiones a esta forma expresiva; la cual, siempre debería buscar por encima del clásico looping melódico, y sin gracia (porque omite o desconoce posibilidades armónicas), del que suelen exagerar muchos (no todos) que se autonombran cantantes de jazz. Elling, con su apuesta a la verdadera belleza, se antepone a cualquier mediocridad y rompe, como siempre, para anunciar que ha llegado para dejarnos boquiabiertos.
En fin, sin profundizar ni desbordarme en halagos (porque no podría terminar), dejo acuñada mi apología a la virtud de Danilo Pérez y Kurt Elling; a la vez, espero que usted, querido lector, se interne en la aventura de convertirse en un personaje más del universo que estos monstruos han creado a modo de píldora para la libertad.
Puedes comprar el álbum en:
https://kurtelling.bandcamp.com/album/secrets-are-the-best-stories