“La última gran cantante de jazz viva” también creó el bass and voice | Sheila Jordan en entrevista

Por: Estefanía Romero

Si bien comenzó a cantar desde su niñez, fue en la adolescencia -tras conocer y hacerse amiga de Charlie Parker- que decidió dedicarse al jazz; pero a partir de los años 60 comenzó a producir su obra discográfica y se ha mantenido improvisando hasta la fecha. Hoy, Sheila Jordan, a sus 91 años, continúa caracterizándose por una técnica vocal que la diferencia de las otras divas; a la vez que la sitúa (por su historia, perfección, y llevar consigo el gran emblema del bebop), en lo que varios periodistas consideramos “la última gran cantante de jazz viva”.

Sheila Jordan

E: Háblame de la historia del jazz desde tu perspectiva.

S: Ha estado ahí… es una música increíble y no es respetada en los Estados Unidos como debería serlo. Nunca ha sido aceptada de manera apropiada, yo la llamo “el hijastro de la música americana”.

No sé por qué es así. Por alguna razón no parece tener la atención que tienen otras músicas, eso es algo triste, pero ¡yo estoy aquí! Además de los otros músicos de jazz, que intentamos mantenerlo vivo. Ese es mi propósito en la vida: mantener el jazz vivo.

E: ¿Cómo ha sido tu vida estando cerca del jazz?

S: Comencé a cantar desde que era una pequeña niña: tres años. Tuve una infancia muy infeliz, triste, muy pobre. Vengo de un antecedente nativo… y mis abuelos me criaron en Pensilvania hasta los 14 años porque mi madre era muy joven, tan sólo tenía 17 años cuando me tuvo.

Mi madre dejó a mi padre cuando nací. Después, a los 14 años volví a Detroit a vivir con mi madre y fui ahí a la secundaria. Yo siempre candaba. No sabía qué tipo de música quería cantar hasta que llegué a la secundaria: el primer año, fui a una rocola al otro lado de la calle, donde habían hamburguesas y podías tomar tu almuerzo. Entonces, en la rocola vi “Charlie Parker’s Ree Boppers” y lo puse porque quería saber cómo era. Así escuché a Charlie Parker por primera vez y cambió toda mi vida. Dije: “oh, esa es la música a la que dedicaré mi vida, ya sea cantándola, tocándola, apoyándola… lo que sea”. Ese ha sido mi camino desde entonces: intentar mantener vivos el jazz, el bebop, Charlie Parker y sus discípulos, como Miles Davis, Max Roach… ¿sabes? Me casé con el pianista de Charlie Parker, Duck Jordan… de ahí salió mi apellido.

Sheila Jordan

E: ¿Cómo fue ser blanca en una cultura musical de afroamericanos… y ser mujer?

S: Fue muy difícil ser blanca porque Detroit era muy prejuicioso y no les gustaba la gente afroamericana, especialmente una chica blanca que cantaba con chicos afroamericanos, así que la pasé difícil, pero nunca pensé en el color. ¿Sabes? No tenía ese tipo de pensamientos porque ya recibía prejuicios por ser nativa. Nunca lo pensé, pero era difícil en Detroit, la gente blanca y los policías eran prejuiciosos, estos me perseguían constantemente y me llevaban a la estación de policía por estar con mis amigos, quienes resultaban ser negros. Ellos tan sólo eran mis amigos. Yo no sé de color… ¿amarillo? ¿rojo? ¿naranja? ¿blanco? ¿negro? No sé, son mis amigos y no pienso en eso.

E: Lamento escuchar eso.

S: Bueno, así era en ese entonces, está mejorando un poco, pero sigue sin estar bien. Aunque, ¿sabes? Yo me quedé ahí, la mayoría de los jóvenes no lo hubiera soportado, hubieran dicho “no puedo hacerlo”, pero la música es muy importante para mí y yo quería estar alrededor de esta música; para poder hacerlo, tuve que ser parte de una cultura que no era aceptada en Detroit, Michigan, o en los Estados Unidos, más bien.

Había mucho odio hacia los afroamericanos. Era muy difícil pero nunca me rendí porque amaba tanto a mis amigos y a la música; decidí “es su problema si ellos quieren ser prejuiciosos, yo voy a seguir aunque tenga que soportarlos o ser detenida y cuestionada”. Me alegra haberlo hecho.

E: Háblame de tu relación, tu amistad, con Charlie Parker.

C: Él era mi héroe, mi gurú, la razón por la que canto. Lo amo, amo su música, él era un genio, nadie tocaba como Charlie Parker y él cambió toda mi vida. Lo conocí cuando yo era muy joven, él se convirtió en una especie de hermano mayor para mí y fuimos muy buenos amigos hasta que él murió. Él siempre apoyó lo que yo hacía y él era maravilloso.

E: Nunca se habla de “lo bueno” de la personalidad de Charlie Parker, pero él era muy inteligente, siempre leía, estudiaba…

S: ¡Él era un genio! ¡Era brillante! Era muy inteligente pero tuvo una batalla con una enfermedad poderosa, alcoholismo y adicción a las drogas, pero eso no cambia el hecho de que el hombre era un genio. Desafortunadamente, él no vivió lo suficiente para encontrar una cura, él tenía 34 años cuando murió y eso fue muy triste, yo me puse muy triste porque él nunca se recuperó, murió siendo un alcohólico y un drogadicto.

E: Ahora hablemos de algo feliz, de ti, la música y la poesía…

S: Hice un disco de poesía y música con Steve Swallow…

E: Sí, pero más allá de ello, hablemos de cómo vinculas la música con las palabras. ¡Eres una gran improvisadora!

S: ¡Jajá! No lo sé, lo saqué de Bird, tan sólo lo hice. Quiero decir… es parte de mi vida, así como tengo que comer para vivir, dormir para vivir, tengo que cantar para vivir… y tengo que improvisar para vivir; es una extensión de lo que mi ser es, así que es muy natural para mí.

E: La influencia de los instrumentalistas es muy clara en tu técnica.

S: ¡Lo es todo! Charlie Parker fue mi mayor influencia, más que cualquier cantante. Amo a todas las cantantes, pero yo no tenía dinero, así que no me podía comprar discos. Cuando junté unos pocos centavos, me compré grabaciones de Charlie Parker y bebop para poder aprender esa música que yo amaba.

Amo a Billie Holiday, ella fue la más grande cantante en cuanto a sentimiento y contar una historia. Sarah Vaughan tenía una voz increíble, la voz más hermosa de cualquiera que yo haya escuchado; y Ella Fitzgerald es la mejor cantante de scat que yo he escuchado hasta el día de hoy. Pero, en cuanto a lo que yo quería hacer, mi influencia viene del instrumentalista de la época que era Charlie Parker. Y quizás soy un músico frustrado de trompeta, no lo sé, ¡jajá!

E: Has dicho que en otra vida hubieras elegido ser una contrabajista.

S: Sí, amo el bajo. Es mi instrumento favorito. Yo soy la creadora del bass and voice, comencé a hacerlo a finales de los cuarenta, principios de los cincuenta. Todos pensaban que yo estaba loca, pero seguí haciéndolo porque me encantaba. Y lo he escuchado, ahora hay varias cantantes haciendo bass and voice, pero yo lo hacía desde aquel entonces.

E: Has vivido varias décadas, a las que ha llegado música distinta. ¿Cómo te hacen sentir esos cambios?

S: La gente hace música que les va, que los enciende. Mi música era el bebop. Cada quien toma su decisión, la mía fue el bebop; mi forma favorita de cantar es con el bajo, me encanta. Comencé con Steve Swallow, cuando él solía tocar bajo acústico; cuando él comenzó a tocar bajo eléctrico yo no quería hacer voice and bass con bajo eléctrico, así que cambié y comencé a cantar con el gran trío de Steve Kuhn, tuvimos un grupo juntos. Luego conocí a Harvie Swartz, hice voice and bass con él por quince años, hasta que él decidió concentrarse más en su música y su grupo. Después conocí a Cameron Brown, tenemos un dúo que ha permanecido durante años. Brown es un gran bajista y hacemos muchos conciertos juntos.

Sheila Jordan y Cameron Brown.

E: ¿Qué recomendarías a otros cantantes de jazz?

S: Sigan cantando, no se rindan. No permitan que nada los decepcione o los aleje de lo que quieren hacer. Los necesitamos, mantengan la música viva. Mantengan el jazz vivo; apóyenlo hasta que este pueda mantenerlos. Eso fue lo que yo hice: trabajé en una oficina, en una máquina de escribir… pero siempre encontré un lugar para cantar mis canciones; no para pagar mi renta, ni mi comida, ni para criar a mi pequeña hija, pero lo logré porque necesitaba tener música en mi vida y para poder hacerlo tuve que buscar un empleo para ganar dinero, pagar mis cuentas. Fui secretaria por muchos años, hasta que cumplí 61. A partir de ese momento comencé a trabajar en la música de tiempo completo. ¡Oye! Tal vez (el jazz) nunca te mantenga, pero no debes abandonar algo que amas.

E: El mundo del arte tiene muy pocas mujeres, ¿por qué?

S: Porque no son aceptadas. Hay muchos grandes músicos allá afuera que son mujeres, grandes cantantes, grandes instrumentalistas, pero no son aceptados. Muchas veces continúan, pero algunas de ellas se rinden y eso es lo que yo no quiero ver suceder. Hay que seguir haciéndolo hasta que funcione. Este es un mundo de hombres, pero hay grandes mujeres saxofonistas, pianistas, contrabajistas… necesitamos trabajar más en eso. Debemos olvidar si se trata de hombres o mujeres, sólo fijémonos en lo bien que interpretan y disfrutar su música, sin importar su sexo. Debemos dejar de categorizar.

E: ¡Tú sigues cantando!

S: Por supuesto, no estaría viva si no pudiera cantar. Tengo 91 años de edad y quiero hacer esta música hasta que sea tiempo para mí de dejar la Tierra y espero que a donde quiera que vaya después, pueda cantar también. Ese es mi deseo. Eso y enseñar, mantener viva la música a través del enseñar a otras cantantes, me encanta dar clases tanto como cantar.

E: ¿Hay algo que quisieras agregar?

S: Debemos intentar mantener viva esta música, para que algún día sea aceptada de la manera apropiada, porque es la Gran Música Americana y no ha sido aceptada en Estados Unidos como debería, es más aceptada en Europa y otros países. Quiero verla ahí arriba algún día, con toda esa música, algún día. Ese es mi deseo.

Foto de portada: Juan Carlos Hernández
Fotos, cortesía de Sheila Jordan.