La dama de la trompeta nos llega a la yugular

Por: Estefanía Romero

Lo cautivador de los arreglos y composiciones de Bria Skonberg radican en que esta trompetista, cantante, y líder de banda, nos lleva de la mano hacia diferentes atmósferas discursivas con una amplia capacidad creativa e inteligente.

 

 

Skonberg tiene la cualidad de volar entre lo divertido, lo elegante, lo sexy, lo desafiante y lo enérgico. Sostiene un sonido equilibrado entre todos los elementos de su banda. No teme apropiar el estilo jazz de Nueva Orleans a su propia voz; además de abordar sonidos anteriores a este, como los cantos de funeral que se vivían en la misma ciudad del nacimiento del género, antes de que este diera su primer respiro. También es capaz de darnos a probar el sabor de los años 60, a través de aquel rock que se identificó con el órgano. Así, es fascinante notar que, además de tejer sus propias dinámicas, el ensamble de Skonberg ha desarrollado un sentido muy agudo para encontrar los timbres precisos de las épocas.

 

 

La mesura en Skonberg es una joya. Sabe guardar sus limpísimos saltos de registro para momentos culminantes. Comprende el timing correcto para las intervenciones improvisativas; sabe cómo incorporar elementos de vanguardia para explotar lo mejor de este mundo sin caer en lo que podría desesperar a cualquier novato. De tal manera, la brillante canadiense nos permite soñar con el jazz, sin importar el tipo de bagaje musical con que nos identifiquemos.

En efecto, con Skonberg nos encontramos un compendio de interpretaciones alucinantes, en las que lo impredecible vaga dentro de lo predecible.

 

 

Hacía mucho tiempo ya que ningún proyecto me motivaba a realmente darle seguimiento, tanto por el grado de profesionalismo como por una profunda atracción personal hacia su música. La dulzura de una cantante y poeta del siglo XXI, con la agresividad de una gran trompetista hacen de Skonberg una artista que te llega a la yugular.

Estimados lectores, les sugiero que, para primeros acercamientos, descarguen los temas “Dance Me To The End Of Love”, “To Have a Little Heart” y “Villain Vanguard” de Skonberg.