Por: Estefanía Romero
El talento de Kurt Elling va potencialmente hacia arriba. Lo demostró en su visita a México para el Festival de Jazz de la Riviera Maya, acompañado por el gran guitarrista Charlie Hunter.
Este crooner hipnotiza desde el primer sonido que lanza en cada concierto. Maneja una prosodia de alto nivel y sabemos que su dicción es impecable. Asimismo, infunde sus interpretaciones de dinamismo rítmico, tímbrico, armónico, pero siempre con un sentido melódico y groove de alta escala, aun cuando propone pasadizos poco comunes al oído de sus expectantes.
No sólo nos provee de las características mínimas para ser un cantante de jazz, sino que remoja su profesionalismo de posibilidades rara vez concebibles en un intérprete de la canción. Camina vocalmente por pasadizos poco esperados, nos muestra su amplio rango de voz, improvisa tanto de manera musical como poética sobre las fantásticas piezas que ya lleva preparadas, pero también utiliza el micrófono como una extensión de su cuerpo. Es un maestro del ritmo tanto al cantar como al hacer efectos de percusión golpeándose el micrófono en el pecho, en tiempos distintos, acelerados y perfectos. Kurt imitó instrumentos, subió y bajo entre elementos lúdicos, sorprendió con un dueto batería-voz… y así, entre risas y bromas, nos invitó una vez más a sentirnos parte de su universo.
Cabe agregar que Kurt aborda los problemas con elegancia, como cuando un amplificador estalló en un sonido horrible y el cantante decidió imitarlo con la voz, para continuar de manera orgánica con su ejecución.
Nos encontramos en un ensamble que con tan sólo cuatro elementos demostró riqueza instrumental y emoción en todo su recorrido. La comunicación entre ellos fue más que obvia y, por lo tanto, lograron transmitírnosla incluso a través de una pantalla.
Asimismo, Elling tuvo la cortesía de hablarnos en español, de expresar su felicidad por estar en México, así como de mandar su amor y gratitud a Steve Swallow y Carla Bley.
En fin, pudimos disfrutar con profundidad de un concierto espectacular y virtuoso, hecho principalmente de blues, soul, groove y jazz de formas agradables, como las que suelen distingue la música de Charlie Hunter. En efecto los dos reconocidos artistas comunicaron el lanzamiento de su disco SuperBlue… y su ejecución en aquella velada amerita no menos que una ovación de pie.