Por: Estefanía Romero
Sugiero estas series porque su música es genial, las historias son originales, y porque nos muestran la forma de pensar el jazz desde distintas sociedades y épocas: París, Río de Janeiro, Nueva Orleans… razones por las cuales podemos ampliar nuestra perspectiva sobre las evoluciones y fusiones musicales, así como nuestras formas de valorar la otredad en seres humanos de diferentes culturas y tiempos.
Este artículo está planeado como un pequeño regalo de Navidad para mis lectores. Les agradezco por un año más de jazz, conocimiento y celebración. ¡Enhorabuena! Aquí va…
The Eddy (Netflix)
Todo es jazz en esta serie de drama, dirigida por Damien Chazelle, reconocido por La La Land y Wiplash. The Eddy es sobre un bar de jazz en París: The Eddy, cuyos dueños intentan mantenerle a flote. Eventualmente esto implica conflictos de poder y mafia.
A lo largo de los capítulos notamos que los personajes centrales son también músicos de una banda de jazz, y cada uno de ellos tiene una serie de enredos que resolver. Se abordan las relaciones de familia, desde la perspectiva de los músicos y quienes les rodean. Es interesante ver cómo Maja, uno de los personajes clave, se enfrenta a un dilema que suele presentarse en los jazzistas: quedarte en tu banda, donde tocas la música que amas y ganas algo de dinero, o irte por el mundo a ganar mucho dinero con un proyecto comercial.
Escuchamos largas reflexiones alrededor de lo que ha significado el jazz para la vida de los personajes, con aprendizajes que pueden expandirse hasta nuestra propia realidad.
Los episodios son largos y, a diferencia de otras series, estos dan primicia a la música. Somos testigos de muchísimas fusiones de jazz con otras músicas, por lo que podemos esperar que cada episodio sea una sorpresa. En lo personal, considero el soundtrack de esta serie como uno muy atractivo e interesante, que expresa parte del corazón del jazz: la fusión de distintas culturas en un sonido.
Mi episodio favorito es el titulado “Amira”. En este se desarrolla el funeral de no te voy a spoilear quién, y es maravilloso. En esta oportunidad, el escritor Glen Ballard, decidió retomar la tradición de los funerales de Nueva Orleans, donde los músicos de jazz llevan la música y, a su vez, sirven como una especie de canal espiritual para quienes están reunidos en duelo. Las respuestas de los actores en este capítulo fueron improvisadas, conforme la música del momento que, a su vez, se desarrolló en una misma composición con espacios improvisados; esa conexión se proyecta en la pantalla y te hace temblar de emoción.
Coisa Mais Linda (Netflix)
É incrivel. Amei.
Un grupo de cuatro amigas en el Brasil de los años 50, donde una de ellas, Malú, decide poner un bar de jazz llamado Coisa Mais Linda. Esta acción significa confrontar a un sistema social y a la ideología de una época en que las mujeres vivieron dificultades para sostenerse económicamente, y de valerse por sí mismas, sin un marido.
La serie es una ventana hacia cómo pensaban los habitantes de dos ciudades contrastantes cuando el jazz se mezcló con la música brasileña y comenzó a tener vida propia, para popularizarse tanto a nivel nacional como por el resto del mundo; vemos así, una serie de disonancias entre Sao Paolo y Río de Janeiro: se muestra a la primera como una ciudad muy conservadora, mientras que la segunda está abierta a nuevas épocas, lo cual incluye un amable recibimiento al jazz y a las mujeres emprendedoras, que luchan tanto por su dignidad como seres humanos, como por sus derechos a perseguir sus sueños profesionales. En efecto, esta serie es una oportunidad para escuchar bossa nova, samba, y canciones brasileñas románticas de aquella época, llevadas al jazz.
El feminismo y la música representan todo predicamento en Coisa Mais Linda. Está el personaje de Ligia, una cantante, a quien su marido, un político conservador, prohíbe desarrollarse en la música porque este la considera una actividad de “mala vida”. También está Thereza, una periodista que ha vivido en París, donde no hay tabús como en Brasil, por lo que ella es mucho más abierta y determinante, tanto en su sexualidad como en su forma de navegar el mundo laboral dominado por hombres; si bien, no se menciona explícitamente esto en la serie, me interesa comentar que por aquellos años muchos jazzistas afroamericano(as) y/o mujeres decidieron vivir o pasar largas temporadas en París, donde se respetaban sus libertades, dados el racismo y machismo que se vivían en Estados Unidos; en efecto, es curioso ver que los mismos contrastes ocurrieron desde las grandes ciudades brasileñas. La última protagonista es Adélia, una mujer afroamericana quien, precisamente, decide seguir adelante y luchar contra estigmas de género y de raza, convirtiéndose en socia de Malú. En sí, la relación de estas cuatro féminas es una excelente reflexión de sororidad.
Finalmente, y muy importante, es mencionar a Chico, el galán de nuestra serie. Un cantante de bossa nova, que ha triunfado a nivel mundial gracias a la innovación que representa su música. A la vez, Chico experimenta sus propias paradojas: las drogas contra el talento; la popularidad y desenfreno, en lo que a mujeres se refiere, contra la necesidad de tener un amor verdadero; el pensar bohemio del artista contra la seriedad de la industria musical de la época contemplada.
Coisa Mais Linda únicamente dura tres temporadas, me parece que esta es la razón por la que no logró concretar la dirección que tenía planeada. Sin embargo, vale la pena disfrutarla y quedarnos con los aprendizajes, las imágenes de una sociedad que muchas(os) desconocemos, y la buena música.
Big Mouth (Netflix)
Es una serie de animación, que gira en torno a temas sexuales, llevados a una dimensión cómica. Aquí, los creadores hacen un recordatorio de lo que significa crecer, entrar a la pubertad y comenzar a reconocerse como un nuevo ser humano. Como parte de esta experiencia, Nick Kroll, guionista principal de Big Mouth (y también uno de mis comediantes favoritos), amante del jazz, decide incluir como personaje al fantasma de Duke Ellington.
Como profesora de personas de distintas edades, siempre pregunto a mis estudiantes quiénes son sus ídolos, a lo que la respuesta más común ha sido “nadie”. Este me parece un tema importante, dado que a lo largo de nuestro crecimiento es fundamental tener modelos a seguir, pautas que perseguir, seres grandes a quiénes admirar, como una forma de inspiración única ante la vida. Algo fundamental entonces es: saber a quiénes admirar y por qué; es por esto que, dentro de todo el absurdo y cinismo de Big Mouth, me encanta que se proponga a Duke Ellington como tu héroe de adolescencia.
Cabe mencionar que existe un capítulo titulado “Duke”, en el cual el fantasma de Duke Ellington lleva a los protagonistas a un viaje en el tiempo, para volver a 1913, el año en que supuestamente este gran pianista perdió su virginidad y encontró su verdadero llamado: el jazz. Esto es interesante porque Duke, en la vida real, solía bromear con la idea de que él comenzó a tocar el piano porque veía que eso le gustaba a las chicas.
En general, hay varios chistes o juegos de palabras sobre el jazz en esta serie, y podrás encontrar muchas referencias del género a lo largo de la comedia de Nick Kroll.
Treme (HBO)
Esta serie gira en torno a la vida de Nueva Orleans, tras el huracán Katrina. En los personajes encontramos temas bien demarcados: la pasión hacia la música, la comida, el amor y el fuerte arraigo hacia la identidad. Alrededor de esto encontramos capas de información sobre la realidad social y política que se desencadena desde la necesidad de reconstruir una ciudad.
Te tocan distintas conversaciones y debates interesantes alrededor del jazz. Una de ellas es la clásica batalla entre el jazz tradicional (representado por personaje Big Chief Lambreaux) y el jazz moderno (el hijo de Lambreaux), que permite a los personajes plantearse de qué manera quieren definirse musicalmente, así como establecer conversaciones sobre aquellos dos mundos que tienen una larga tradición de disputas y acuerdos entre sí.
Vemos apariciones de íconos del jazz, como Donald Harrison Jr. y Trombone Shorty, o el escritor Stanley Crouch, quien yo reconocí rápidamente por ser el biógrafo de Charlie Parker (esta obra me encanta), pero quien también dedicó su vida a la novela, al periodismo y a la crítica de jazz.
Las jam sessions y conciertos de jazz, blues, música judía y otras tradiciones de Nueva Orleans representadas en Treme, como el Mardi Grass, te permiten acercarte a la vida real de esta calle principal de la ciudad donde nació el jazz. Vemos marchas funerales, celebraciones, o la vida cotidiana de aquella atmósfera donde todo gira en torno a los músicos y a las formas musicales que se fusionan desde distintas culturas en aquel punto de amplio mestizaje cultural.
Esta serie se la recomiendo a mis alumnos que no son originarios de Estados Unidos, porque en ella vemos el retrato de una Nueva Orleans, el cual es muy difícil de visualizar, si no se tiene la posibilidad de ir a visitarla; porque, de hecho, no existen tantas fuentes documentales o fotografías de antaño; la mayoría de la información sobre Nueva Orleans se ve a través de películas. Sin embargo, hasta que encontré Tréme, en específico, que yo misma tuve la oportunidad de visualizar las marchas y las celebraciones que giran alrededor del jazz en aquel espacio.