Sanar en diversos ritmos: “Heal”, de Karina Colis

Por: Estefanía Romero

Foto de portada: Alex Domínguez

Karina Colis es una baterista mexicana que ha recorrido el mundo y, de cada arista que ha pisado en Estados Unidos, España, India y su propio país, ha absorbido motivos que vierte en sus propias composiciones.

Heal es el primer material discográfico de Colis, el cual denota tanto flamenco como elementos de folklor mexicano, rock progresivo, quizás algo de minimalismo, pero su alma es el jazz; todo esto está vertido en una amplia variedad de ritmos. Hay música compleja que parece fácil, porque escucharla es agradable y conmueve, eso es lo que la autora nos invita a escuchar.

 

Portada de “Heal”, la primera producción discrográfica de Karina Colis. Foto cortesía de Karina Colis.

 

En Heal, cada pieza alcanza un punto interesante donde te puedes quedar colgado. El primer tema es un smooth jazz bastante común; sin embargo, la segunda exhibición me dejó boquiabierta, inspirada y hasta bailando: “Adversidad” es el pináculo del disco; quizás el poder de esta composición tenga que ver con que fue creado por la baterista mientras esta padecía una tendinitis severa y dolorosa en las manos, así como una fuerte frustración por estar sometida a más de un año sin poder realizar sus actividades cotidianas. “Adversidad” muestra la fuerza de dichas emociones, traducida en palmas de flamenco, en una rítmica rápida, pero sutil, entretejida en melodías y armonías impredecibles del contrabajo y el piano, que logran llevar al escucha a un plano absorto.

 

Yoav Eshed, guitarrista, en los temas “Abu Dhabi” “Heal”; y Guillermo Barrón, en las palmas, en el tema “Adversidad”. Foto cortesía de Karina Colis.

 

Más aún, “Sesquiáltera No. 3”, del pianista Samuel Martínez Herrera, es progresivamente interesante. El tema es sencillo, pero la intensa comunicación y la energía del trío revelan una alta capacidad para levantar y atraer.

En adelante escuchamos “Alone”, que es preciosa, parece canción de La La Land, en el sentido de que es linda, muy melódica, abrazadora. Dan ganas de escucharla y amar con ella. Según Colis, este tema corto alude a la soledad que ella misma vivió en Nueva York, pero que le sirvió como empuje a su creatividad.

Luego está “Xilitla”, otro tema de Samuel, que tiene algo de rock progresivo porque se pasea en múltiples cadencias distintas entre sí, tal y como este género suele hacerlo, pero mantiene timbres de jazz y agrega ritmos muy mexicanos para darle un sabor distinto. Por un lado, el rock progresivo es interesante porque tiende a abrirte muchos escenarios conforme vas caminando y eso puede resultar muy satisfactorio, dependiendo de la obra; por otro lado, existen quienes le pelearían a dicho género la falta de un discurso claro. Yo diría que puede ser divertido escuchar “Xilitla”, aunque los intérpretes bien hubiesen podido profundizar en una de las múltiples ideas que presentan, en vez de generar tantas ideas y pegar una tras otra. De hecho, el tema principal es muy interesante, emocionante, y resulta grandioso cuando lo retoman hacia el final para crear una catarsis; en otras palabras, si los músicos no hubiesen divagado tanto en la improvisación, nos hubiesen dado la oportunidad de conectar con esta pieza de inicio a fin.

 

Trío de Karina Colis. Foto cortesía de Karina Colis.

 

“Janeman” es atractiva, tiene a ratos la energía nerviosa de un ostinato percutido en el high-hat (típico de muchas piezas de rock, hip hop y música electrónica), y se neutraliza con una especie de smooth jazz, dándose estirones entre sí. Eventualmente se ejercen otras variaciones de ritmos y texturas en la percusión, que van creciendo en intensidad. Karina explica que “Janeman” significa “alma gemela” y es resultante de una reflexión de la compositora en torno a lo que para ella representa una relación de pareja.

Finalmente, “Heal” es un placer de timbres, donde el guitarrista Yoav Eshed se luce con sus figuras extrañas. De acuerdo con Karina, ella dedica este tema a las personas que perdieron a uno o más seres queridos durante la crisis de salud que ocasionó el Covid-19, razón por la cual Karina dijo adiós a Nueva York.

 

Acompañan a Karina Colis el pianista Samuel Martínez Herrera y el contrabajista Richye Vega; músicos con los que la baterista ha tocado por más de una década. Foto cortesía de Karina Colis.

 

En suma, Karina nos permite escuchar algunas de sus facetas a través de Heal. Da gusto que, a pesar de ser una compositora baterista, llegue a ser muy melódica y tenga un alma abierta y colaborativa; además, no necesita gritar en su instrumento para expresarse. Si algo me llevo de este disco con mucho interés personal, repito, son “Adversidad” y “Heal”, así como el entusiasmo de seguir los pasos de Karina Colis en la música. ¡Brava!