Por: Grace Carolina Cantú Mora
“Estoy platicando con un instrumento, estoy diciendo un poema que nace en el momento, en las circunstancias en las que estoy, con la gente con la que estoy[…] la improvisación es el resultado de absolutamente todo lo que me rodea”, comentó el pianista regiomontano Paulo Escobar, quien, a sus 22 años, ha dejado a su público de pie y aplaudiendo.
A pesar de su corta trayectoria, el proyecto “Escobar Trío”, conformado por Antonio Baldovinos (contrabajo), Samuel Rodríguez (batería) y Paulo Escobar (piano), participó en la inauguración del Festival de Jazz Nuevo León (FJNL) 2023. De los asistentes a dicho evento rescatamos comentarios como:
“Wow! ¡son tan jóvenes! ¿Jóvenes en el jazz? Yo no lo podía creer”; o “yo creí que escucharía lo mismo de siempre, pero me llevé una gratísima sorpresa”.
En esta entrevista, Paulo nos comparte su historia, cómo llegó el jazz a su corazón, las dificultades que su proyecto musical ha enfrentado y cómo se siente al ser el primer acto en presentarse en esta 8va edición del FJNL.
“Comencé mi camino hacia la música (tocando piano a sus 13 años) relativamente tarde, comparando otros grandes maestros que han pasado a través de la historia”, expresa Paulo Escobar.
Asegura que ya tenía un previo acercamiento con esta forma creativa, pues creció en una familia sumamente artística:
“Mi madre es una señora muy culta, llena de arte e inspiración” comenta Paulo; después, entre risas, relata que a sus 2 años, su madre le regaló un violín en Navidad y lo primero que Paulo hizo fue golpear el instrumento contra la mesa.
Al paso de los años, se alejaba un poco de la música; sin embargo, en algún punto comenzó a inclinarse hacia el rock:
“Yo toqué guitarra por muchos años, nada formal, era casi un hobby”, informa Paulo.
La cosa se empezó a poner seria cuando llegaron las inquietudes por componer, por escribir música, así que optó por tomar clases:
“Conforme me fui metiendo, me di cuenta… realmente la música es un universo inmenso, es aprender un lenguaje y su matemática… Hay una matemática, llamémosle universal, que está integrada en cada uno de nosotros y, de hecho, lo podemos observar, por ejemplo, en el mundo: las hormigas, las aves que vuelan en una flecha, ¿cómo lo explicas?, no hay fórmula para eso”, agregó Escobar, evidenciando su sensibilidad hacia esta matemática universal, que está por fuera de las fórmulas y del raciocinio.
Un viaje familiar a Chiapas cambió su vida. Fueron a un pueblo mágico donde había un bar de jazz, Paulo jamás antes había vivido dicha expresión en vivo, aquella vez tenía 15 años, estaba con su padre y, mientras tomaban una bebida tradicional de allá, llamada Pox, presenciaron la música que despertaría algo:
“Haz de cuenta que sentí que me estaban llamando y dije yo ‘¿qué es esto?, ¿qué es lo que estoy viendo?’, porque era increíble y yo decía ‘¿cómo es que hacen eso?, ¿Cómo es que tocan de esta forma?’”, manifestó el integrante de Escobar Trío.
De vuelta a Monterrey, Paulo asistió al Festival de Jazz Nuevo León, no recuerda si la edición 2014 o 2015, donde conoció a sus dos grandes maestros, Edgardo Méndez y Odalys Villavicencio, quienes le han dado formación en el camino del jazz, gracias a lo cual, poco a poco, Paulo ha ido formalizando su labor actual.
Antonio Baldovinos se graduó de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, un conservatorio completamente clásico; al momento de unirse a la agrupación, este se tuvo que empapar del jazz, al igual que Samuel Rodríguez, quien estudió Música Popular en la UANL, una carrera que va de la mano con el jazz, pero no es jazz:
“Los tres empezamos a agarrar el lenguaje (del jazz) a la marcha y todavía nos falta muchísimo, es que es un camino que no tiene límites”, añadió Escobar.
No obstante, al describir su estilo, Paulo develó que no se atrevería a llamar su música “jazz”, debido a que lo suyo tiene una combinación e influencias de otros géneros y/o ritmos; él dice que le llama jazz debido a que este es el género más dominante dentro de su composición, pero no lo es todo: en esta vas a poder encontrar música clásica, electrónica (¡House, para ser precisos!), sonidos latinos, entre otros:
“Yo simplemente describiría mi música como un reflejo, una expresión muy MUY profunda de los secretos que hay en lo más profundo de mi corazón”, aclaró el artista.
Los retos que ha presentado Escobar Trío han sido diversos, Paulo menciona que “falta mucho empuje aquí en Monterrey”, agradeció a la interconectividad internacional ya que eso ha hecho que cada vez las personas sean más abiertas a abrazar el arte y, él explica, hay que aprovechar esto para llevarlo hacia adelante.
Agregó la importancia de dignificar a los músicos en Monterrey, para que estos empiecen a cobrar bien (tienen ingresos muy bajos en la actualidad), así como de valorar el trabajo y el empeño de subirse a un escenario.
El joven compositor se visualiza con su grupo tocando en diversos lugares, en diferentes países y quiere armar un concepto muy padre, que llegue a quien tenga que llegar:
“Yo sólo voy a dejar que las cosas vayan y vayan saliendo, siempre yendo hacía el frente”, señaló.
Paulo manifestó su emoción por mostrar su música en el FJNL 2023:
“Para mí es como regresar a donde comencé haciendo el espectáculo, lo cual es muy emocionante y, sobre todo, es muy especial para mí”.
El repertorio que presentaron en el FJNL 2023, pertenece al disco que van a grabar próximamente, así que los asistentes al festival tuvieron la dicha de escuchar un adelanto de ello, además de una interpretación de Nardis, de Miles Davis.
Paulo reveló que van a arrancar con un proyecto grande de concierto y lanzarán su disco, a principios del 2024.
Para lograr su producción discográfica, Paulo se ha empapado de Bill Evans, Chucho Valdés; así como del cine, ¡mencionó a Steven Spielberg! A sus 8 años vio Jurassic Park por primera vez y en ese momento le entró una tremenda intriga por entender qué era lo que estaba sucediendo en esa pantalla, así como en la música; menciona que ha escuchado a John Williams, al igual que Chopin, Franz Liszt, Nikolai Medtner, entre otros. También menciona que ha dibujado en gran medida, pintado…, toda esa sensibilidad fue integrándose en los “fondos”: la música:
“Tuve muchísimas fuentes de inspiración, no sólo de la música, pero que me fueron llevando cabalmente hacía la música”, recalcó Escobar.
En la música, reflexiona Paulo, se expresa y todos (los músicos y el público) están decodificando los sonidos y agregándoles significados, raciocinios personales, pero al final es como una telepatía:
“Por eso me encanta la música… todos podemos percibir lo que tenemos que percibir y en una de esas es terapéutico”, indicó el pianista.
Puso el ejemplo de cuando uno tiene un mal día: vas a un concierto y puedes sentirte muchísimo mejor. Eso es lo que a él le interesa lograr:
“Que disfrutes, que te integres a esos sonidos que te estoy compartiendo y nos estamos comunicando más allá de la razón, con el corazón, eso es bellísimo”, concluye Paulo.