Snarky Puppy en idilio con audiencia mexicana

Texto: Estefanía Romero

Foto: Salvador Bonilla

Los conciertos de Snarky Puppy son experiencias totalmente improvisadas: se reúne un grupo de estudiosos y estos hacen lo suyo.

“Hacemos partituras después de los discos”, indicó Michael League, fundador y líder de la banda, en rueda de prensa.

 

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Con ese comentario en mente, llego al concierto que dieron el pasado sábado 25 de noviembre, en el Festival de Jazz de la Riviera Maya 2023, y lo primero que pienso es: las exposiciones improvisadas de Snarky Puppy son de tal calidad que logran escucharse como una grabación. Y esto lo pudimos notar desde el Family Dinner – Volume 1 (2013), aquel disco cuya grabación en vivo, en video, nos compartimos entre todos los amantes de la música (al menos todos los que me rodean), hace diez años, porque no podríamos creer lo que estábamos escuchando. ¡¿Cuántos artistas logran algo así en estos tiempos, cuando el truco de la industria musical ha atropellado con ferocidad la creatividad?!

Ahora, cierto es, que dentro de este show algunos temas funcionaron más que otros; precisamente porque algunos deben ser experimentos desde cero, mientras que otros ya tienen cierta noción de lo que buscan expresar: esta es la segunda vez que veo a Snarky Puppy en vivo y una vez más escuchamos al público cantar la melodía de “Shofukan” hacia el final del concierto. O tal vez es como en el deporte o la escritura, necesitas calentar o inspirarte para dirigirte hacia la luz creativa.

Otro logro que sorprende de estas misiones, me refiero a dar conciertos por todo el mundo, es que Snarky Puppy es una banda de 20 músicos, que hacen rotación en cada gira, por lo cual suelen viajar sólo 9, 10 u 11 de ellos, comentó Michael League.

 

Snarky Puppy en el Riviera Maya Jazz Festival 2023. Foto: Salvador Bonilla [X: @photolivemusic].

 

Esta banda es una verdadera tribu. Se apoyan musicalmente, hacen el ejercicio de escucharse entre sí y responder a lo que ocurre en el momento: crean su propio engranaje y este funciona. A pesar de su juventud, la experiencia les ha dado una aguda intuición para hacia dónde se dirigen en cada exposición. Además, cada uno reconoce su papel y, parafraseando a Michael League: todos saben de muchas tradiciones musicales, no únicamente del jazz, esta variedad en conjunto deriva en un sonido particular.

Si bien, todos en esta banda son músicos de amplia elasticidad técnica y aguda intuición, quien siempre logra sorprenderme es el trompetista Mike “Maz” Maher, cuyo sonido de base es muy cool jazz (aquel subgénero de jazz que suena “relajado”, “suave”, “introspectivo”, y que fue popularizado por Chet Baker, Gerry Mulligan y Miles Davis en los años 50), pero desde ahí se mueve hacia una diversidad de ritmos y figuras interesantes. De alguna forma, “Maz” Maher tiene una marca propia muy identificable. Es un artista.

Parte del show fue la actitud de los músicos: todos en suma felicidad de estar ahí en ese momento, flotando entre la música.

Cabe agregar que el RMJF le dio a Snarky Puppy la satisfacción de estar frente a una de las audiencias más grandes para las que han tocado como banda, en todo el mundo, tal cual indicó League durante el concierto.

Más aún, el festival, a mí me dio el consuelo de ver a tanta gente fascinada escuchando música de primer nivel que, en este caso, resultó ser jazz. Moraleja: lleva buena música a la gente, sin pretensiones ni copias, y las bondades del arte sonoro serán realmente apreciadas.