“Una buena historia lo es todo”: Thana Alexa y Antonio Sánchez, juntos en entrevista

Por: Estefanía Romero

Foto de portada: Salvador Bonilla

Me encanta esta entrevista porque más allá de conocer un poco más de sus sensibilidades, estos artistas nos llevan a sentirnos tan fascinados y devotos por la vida, como ellos lo están.

Thana Alexa es compositora, arreglista, productora y cantante; se trata de una artista quien, además, ha captado la atención de diversos premios y medios musicales, como la prestigiosa revista de jazz Down Beat, que ha escrito sobre la composición innovadora de Thana en diversas ocasiones. A la vez, Antonio Sánchez es un creativo prominente, considerado uno de los bateristas de jazz más virtuosos hoy en día, a nivel mundial, ¡y es mexicano! Este ha estado en la banda de Pat Metheny por muchos años, y compuso la música de la película Birdman (de Alejandro González Iñárritu, 2014), entre otros grandes logros, como grabar con Chick Corea o ser un cuatro veces ganador del Grammy…

 

Te invito a leer “Desintegran y reesculpen jazz a su manera: Antonio Sánchez “Bad Hombre” y Thana Alexa” [Crítica de concierto]

Te invito a leer “Un soundtrack digno para el nuevo feminismo: ONA, de Thana Alexa” [Crítica de álbum]

 

Esta pareja de intelectuales y creadores se sostiene gracias al respeto que se tienen el uno al otro, así como a la inspiración que se brindan mutuamente. En la voz de Thana Alexa:

Es muy inspirador estar con alguien que está tan enamorado de la música y con creatividad, como yo. Compartimos el amor por la música y por encontrar las partes de nosotros que siguen sin descubrirse; y encontramos apoyo entre nosotros, en nuestro camino individual propio, y lo que ambos estamos intentando explorar: nuestro arte y lo que queremos decir, todo el tiempo.

No es fácil ser un artista, en general, pero siempre es fácil con él. Creo que eso es lo más importante, porque tenemos tanto respeto el uno por el otro como artistas, como individuos y nos inspiramos mutuamente. Cuando él está en la audiencia, él es mi objetivo; y cuando yo estoy en la audiencia, yo soy su objetivo. Así como nos inspiramos el uno al otro, nos retamos el uno al otro, porque queremos ser las mejores que podamos ser de nosotros mismos”.

 

Thana Alexa, en el Riviera Maya Jazz Festival 2023. Fotografía por Salvador Bonilla [X: photolivemusic].

 

Thana Alexa y Antonio estudian por separado y después se juntan para crear…

“Sí, sí, sí. Eso es lo hermoso de la colaboración. Podemos colaborar juntos, pero somos muy individuales también. Él tiene sus propios proyectos; yo tengo mis propios proyectos y ambos tenemos una visión muy específica”, sostuvo ella.

Ambos tienen visiones políticas muy fuertes, las cuales llevan a todos lados a través de sus discursos y de su música:

“Mucho de mi trabajo se relaciona con los derechos de las mujeres, y con levantar el papel de las mujeres en la industria, en la música; mucho de lo que él hace tiene que ver con migración, los derechos de los mexicanos y con enaltecer a México, especialmente en Estados Unidos. Entonces, tenemos dos misiones muy diferentes, pero a través de la música, siempre estamos intentando aprender el uno del otro y ver cómo podemos expresarnos mejor”, indicó la cantante.

A pesar de su juventud, Thana Alexa tiene un estilo musical único, lo cual es evidente en su último disco, titulado ONA. Ella explica lo que la lleva a sonar de una manera tan particular:

“Soy croata, soy estadounidense; tengo este contexto cultural, pero es muy diferente del de una persona de Croacia, porque yo crecí en Estados Unidos también. Mis padres son inmigrantes, yo no me formé en Croacia por completo, fue a la mitad, es una situación muy complicada. Mi música es un producto de quien soy, es una combinación de todas mis experiencias, pero eso también significa que es difícil poner mi música en una cajita, lo cual es complejo frente a los ojos de la industria musical, la mercadotecnia y la publicidad: no puedes ponerle una etiqueta a lo que hago, ni vender mi música como una mercancía”.

“El mensaje del último disco, ONA, realmente resonó con mucha gente, hombres y mujeres. Es la historia que hace que la gente se conecte contigo, la música va detrás de este; la historia es lo que realmente importa, así como la forma en que tú presentas la historia. Pero es difícil para artistas que tienen un poco de todo, un poco de música del mundo, un poco de electrónica, pop, jazz… ¿sabes? Es una gran sopa con muchos ingredientes y al mundo no le gustan eso porque es difícil etiquetarlo. En efecto, estoy constantemente esforzándome, luchando, por ser quien soy”.

Ser tú mismo es lo más gratificante para un artista. A veces lo que sientes resulta ser la vía más difícil, pero si eso es lo que quieres, lo sigues, continuas por ese camino, aunque sea el más largo, para llegar a donde debes”.

Antonio Sánchez ha sido un baluarte no sólo como músico; sino que también se ha dado a la misión de regresar a México para fomentar la educación en el jazz. Como él mismo indica:

“Cada vez que tenía oportunidad de venir a México y hacer algo educativo, talleres, clases magistrales o algo así, yo siempre he estado puesto. La residencia de Xalapa [en el JazzFest, que duró del 1997 al 2007], hice dos por lo menos. Duraron una semana, eran super intensas, siempre son intensas porque es mucho y es estar ahí dándole y dándole con los estudiantes, pero siempre acaba uno con la satisfacción de que hiciste algo importante, que tal vez le cambiaste la vida a alguien, eso es lo más lindo”.

“Ahora estoy haciendo mi residencia (Residencia Antonio Sánchez). Ya llevamos dos. La vamos a hacer otra vez en agosto del año que entra, es como seguir con el trenecito de la educación, que no se pare; tratar de que el nivel jazzístico en México suba por generaciones. Que la gente le tenga menos miedo al jazz, que la gente le tenga menos miedo a ganarse la vida con el jazz. Siempre es un resto, siempre es difícil; pero, es que no es que hay unas carreras más fáciles que otras, uno tiene la idea de que ‘bueno, si eres contador o eres abogado…’, pero nada es garantía de que te va a ir bien. ¿Por qué no mejor hacer algo que realmente te gusta? A arriesgarte a hacer algo que no te gusta y a lo mejor no la armas ahí tampoco. Por eso es tan importante inculcar el amor a algo y a darle absolutamente todo; sangre, sudor y lágrimas; el alma, el cuerpo y la mente”.

Pedí a Thana Alexa y a Antonio que recordaran su niño interno, cuando este les dijo “este es mi camino a la música”. Sus respuestas fueron muy valiosas. Thana Alexa comenzó:

“Encontré mi amor a la música cuando tenía 4 años. Comencé a tocar el violín y lo toqué por muchos años. La música siempre fue parte de mi vida, también toqué la guitarra, cantaba, escribía canciones; pero nadie en mi familia fue nunca un artista profesional, nadie. Todos tenían, por así decir, “un trabajo real”. Tenemos excelentes doctores, abogados, banqueros , tenemos mucha gente que ha hecho cosas increíbles; pero nada relacionado con el arte, mi mamá es la única que tiene relación con las artes, porque las ama, sobre todo la artes interpretativas, muy Avant-garde, danza y artes visuales; tiene una fundación familiar que da becas a artistas emergentes. Cuando yo era más joven, ella ya tenía el programa, y todavía lo tiene, es uno que hace intercambios entre creativos y las artes de Nueva York.

Ella es banquera. Fue agente de bienes raíces, pero su sueño era ser actriz, y nunca lo fue porque tenía que hacer dinero y tuvo que optar por tener un empleo con el que pudiese sobrevivir. Pero siempre estuvo enamorada del arte y siempre lo apoyó. Cuando nos tuvo a mi hermano y a mí, tuvo también el tiempo y espacio para crear esta fundación, y pudo prestar más atención a las artes. Creo que a través de ella vi mucho el interés por cosas Avant-garde, pero nada relacionado con la música”.

“Cuando fui a la universidad, estudié psicología, y estuve durante un año sin música; me sentía deprimida y miserable, algo realmente faltaba en mi vida”.

“Tuve una clase, en la que podía cantar. Era una clase de improvisación jazzística, y estaba muy feliz en estas dos horas que utilizaba para esta clase. Es que tenía algunas clases que quería tomar como parte de mi formación universitaria. Comenzó a ser evidente para mí que me faltaba algo. Obviamente, tenía que ir hacia lo que sentía en el espacio cuando estoy improvisando, cuando estoy usando mi voz: mi expresión emocional. Entonces hice un gran cambio en mi vida, admití a mis padres que quería ser músico, lo cual es muy difícil para cualquier padre; ellos me apoyaron, pero les daba miedo. Tú les dices que quieres ser músico de jazz y les suena terrible, ¿sabes?”.

“En un acto de fe, me fui a Nueva York. Igual terminé mis estudios en psicología; ese fue el trato que hice con mis padres, seguir estudiando y podía entonces hacer música al mismo tiempo. Fui a una universidad donde pude hacer ambas cosas. Esa fue la mejor decisión que he tomado. Luego conocí a Antonio”.

“Y entonces cambió mi vida para siempre. Todo, desde el momento en que tomé esa decisión, cuando escuché a mi voz interna, mi niña interna, esa voz que siempre te dice la verdad, todos la tienen; y muchas veces es la voz de la verdad la que te dice que vayas por el camino difícil, y muchas veces decidimos no escucharla, porque es duro, porque el mundo no encaja o porque no encajas en el mundo. Pero desde que tomé esta decisión, desde que comencé a madurar, le digo a mi ser emocional que escuche aquella voz, porque la voz no de equivoca, puede que sea difícil, pero no se equivoca”.

“Esa voz me llevó a ONA. Me llevó a mis historias. Me llevó a expresar cosas de una forma honesta, que aunque sea la forma más complicada para mí de hacer las cosas, es la vía correcta”, cerró Thana Alexa.

 

Antonio Sánchez, en el Riviera Maya Jazz Festival 2023. Fotografía por Salvador Bonilla [twitter.com/photolivemusic].

 

Entonces Antonio nos contó el comienzo de su camino en la música:

“Mi mamá, desde antes que yo naciera, ya estaba escuchando muy buena música, rock and roll, sobre todo. Desde que tengo uso de razón, había música en la casa; con mi abuelo era música clásica a la hora de la comida, generalmente, y siempre había Frank Sinatra, un poquito de boleros, salsa, danzones y todo lo que te empapas estando en México, toda la música que escuchas por todos lados, pero fue realmente por cuestiones de lo que escuchaba mi mamá que me empezó a gustar mucho el rock.

Ya tenía el sonido en mi mente. Y cuando vi por primera vez una batería, fue por una novia que tenía mi tío Nacho, que se llamaba Ana, y Ana tenía la hermana que se llamaba Fito, y Fito era baterista, entonces vi la batería que tenía Fito y fue como un flechazo inmediato porque ella tenía toda la referencia en el oído de lo que hacía ese instrumento y luego le oí tocar un ratito y dije “de aquí soy, adelante…”. Nunca di marcha atrás. Quería dedicarme a tocar la batería. Tuve idilios con el piano, con la gimnasia olímpica, etcétera; pero siempre regresé a la batería, es el instrumento que más me da maneras de expresarme, es mi manera de ver las cosas”.

La pareja de talentosos contó que escuchan todo tipo de música, “excepto reggaetón”, subrayaron entre risas. A esto agregaron que casi no escuchan jazz últimamente:

“Tocamos tanto jazz, que a veces me alejo un poco de eso y escucho más rock, pop, música latina, electrónica, afrocubana, africana, cosas que nos den inspiración para seguir haciendo músicas diferentes”, relató Antonio.

Por fuera de la música en sí, también encuentran inspiración en muchos otros lados. Antonio ha mencionado a en diversas ocasiones a su abuelo, Ignacio López Tarso, una leyenda de la actuación desde su juventud como protagonista de películas de la época del Cine de Oro en México. Del mismo modo, Thana Alexa y Antonio, continuaron describiendo aquellas otras fuentes de inspiración.

“Historias, porque una buena historia es todo, es la verdad, es corazón y alma”, subrayó ella.

“Sí últimamente, para mí ver documentales, ver gente interesante; por ejemplo, acabo de ver un documental de Ryuichi Sakamoto, que se llama Coda, me inspiró muchísimo; tuve la oportunidad de convivir con él brevemente, porque cuando estaba componiendo la música de The Revenant (2015), me invitó a grabar unas cosas y fue un mega mega honor haber estado con él, en el estudio y me daba instrucciones que quería que hiciera; fui a su casa y me enseñó imágenes de la película antes de que fuera editada, siquiera. Vi el documental y me inspiró a seguir experimentando con el sonido, porque se ve que él era un amante del sonido y hallaba maneras de hacer música con sonidos; hay una escena en la que tiene unos platillitos, que se va a la antártica y que le hace así enfrente de una pared de hielo y hace un pssshhh, y explota el sonido y le ves una cara de placer, nada más de sentir ese sonido. Y eso a mí me pasa mucho también, cuando encuentro un sonido que me gusta…”, sostuvo Antonio.

“Y grabar algo nuevo, algo que no existía hace una hora, media hora, y plasmarlo y escucharlo es una de las cosas que más me fascinan porque es algo que me intriga mucho: la creación. Algo que no existía, de repente está ahí y te lo puedo enseñar a ti, se lo puedo enseñar a Thana… o algo que hacemos juntos. El proceso creativo es algo muy misterioso, muy intrigante…”, agregó él.

“Siempre diferente…”, incluyó Thana Alexa.

Finalmente, Antonio reflexionó sobre ese proceso de generar inspiración:

“Lo interesante es que tú puedes estar en tu casa, puedes estar viendo la tele; o, en vez de estar viendo la tele, te puedes meter al piano media hora y algo va a pasar. A veces hasta te sientes culpable de no estar haciéndolo todo el tiempo, porque estás desaprovechando oportunidades de que pasen cosas; pero también es importante dejarlo descansar e inspirarte de otras fuentes, como dice Thana: “historias”, libros, novelas, películas, documentales, otra música… todo es fuente de inspiración. Sencillamente, estar aquí, platicar con gente, otra gente también inspira mucho, caminar por la playa, ver animales, cualquier cosa te puede inspirar”.